El Papa Francisco llegó a Papúa Nueva Guinea la noche del 25 de agosto, procedente de Indonesia, marcando la segunda etapa de su viaje más extenso y su primera visita a Oceanía. Este viaje tiene como objetivo llevar un mensaje de cercanía y esperanza a los católicos del país, que representan el 25% de la población, en una nación que lucha contra la pobreza y los efectos devastadores del cambio climático.
El pontífice aterrizó a las 7:10 p.m. en el aeropuerto de Port Moresby, el único centro urbano del país, donde el 80% de la población vive en comunidades rurales. A su llegada, fue recibido con una sencilla ceremonia de bienvenida, y tras un largo vuelo de seis horas, dedicará el resto de la jornada a descansar para prepararse para una agenda cargada de eventos.
La agenda oficial del Papa comenzará el sábado con una reunión con el gobernador general, Bob Dadae, seguida de un discurso dirigido a las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático. Más tarde, a las 5:00 p.m., visitará a los niños de “Streete Ministry” y “Callan Services” en una escuela secundaria técnica de Cáritas. El encuentro con el clero de Papúa Nueva Guinea y las Islas Salomón se llevará a cabo en el santuario de María Auxiliadora.
El domingo 8 de septiembre, el Papa celebrará una misa en el estadio “Sir John Guise” a las 8:45 a.m., y por la tarde se trasladará a Vanimo, una localidad situada en la selva, donde se reunirá con los fieles frente a la Catedral de la Santa Cruz.
El lunes, el pontífice se encontrará con los jóvenes en el estadio “Sir John Guise” antes de dejar Papúa Nueva Guinea rumbo a Dili, la capital de Timor Oriental. Esta travesía, que va del 2 al 13 de septiembre, abarca 32,814 kilómetros, 44 horas de vuelo y visitas a cuatro países: Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur. A sus casi 88 años y enfrentando desafíos de movilidad que le exigen el uso de una silla de ruedas, este viaje es una notable prueba de su fortaleza y dedicación.
Con su visita a Papúa Nueva Guinea, el Papa Francisco busca brindar apoyo espiritual y solidaridad a un país que enfrenta grandes desafíos, reafirmando así su compromiso con la comunidad católica y con todos aquellos que sufren a causa de la pobreza y el cambio climático.
Cortesía VTV