El Papa Francisco, actualmente hospitalizado por una neumonía bilateral, ha mostrado una leve mejoría en su estado de salud, según informó el Vaticano este martes. Tras una noche de descanso, el estado del pontífice parece estabilizarse, y la insuficiencia renal detectada previamente no se considera preocupante.
En un comunicado oficial de la Santa Sede, se detalló que, aunque la situación clínica del Papa sigue siendo crítica, se ha observado una mejora significativa. «Hoy no hubo episodios de crisis respiratoria asmática; algunas pruebas de laboratorio han mejorado», se indicó. Este reporte se produce en el undécimo día de su hospitalización, la más prolongada desde que asumió el papado en 2013.
El Papa ha podido retomar algunas de sus actividades profesionales, incluyendo una llamada al cura de la parroquia de Gaza para manifestar su apoyo, en línea con su continuo interés por la situación en el territorio palestino.
Una fuente del Vaticano señaló que Francisco es capaz de levantarse, comer con normalidad y que no presenta dolor, manteniendo además un buen estado de ánimo.
Hospitalizado desde el 14 de febrero en el Hospital Gemelli de Roma, el Papa sufrió un ataque asmático prolongado el sábado que requirió oxígeno de alto flujo, así como problemas hematológicos que hicieron necesaria una transfusión de sangre. Se le administraron dos unidades de concentrado de glóbulos rojos, lo que mejoró sus niveles de hemoglobina.
Abele Donati, jefe de la unidad de anestesia y cuidados intensivos del Hospital Universitario de las Marcas, explicó que la insuficiencia renal podría indicar la presencia de sepsis en fase inicial, un indicador de una infección en curso, en este caso de ambos pulmones.
En la noche del lunes, el Secretario de Estado Vaticano, Pietro Parolin, presidió un rezo del Rosario en la Plaza de San Pedro, invocando por la pronta recuperación del Papa Francisco. Se espera que un nuevo parte médico se emita esta tarde para actualizar sobre el progreso de su salud y el tratamiento en curso.
