El Vaticano informó este domingo que el papa Francisco pasó una noche tranquila y descansó, luego de haber sido evaluado como en estado de salud crítico. El pontífice argentino, de 88 años, sufrió una crisis respiratoria asmática prolongada que requirió altos flujos de oxígeno. Además, le fueron realizadas transfusiones de sangre debido a una afección asociada con la anemia, según el último reporte de Vatican News.
Francisco, quien ha estado internado en el hospital Gemelli de Roma desde la semana pasada por una neumonía bilateral compleja, continúa alerta y pasó el día en un sillón, aunque con más dolor que el día anterior. El pronóstico actual sigue siendo reservado.
Más temprano, las autoridades vaticanas confirmaron que el papa no oficiará el tradicional Angelus del domingo ni participará en celebraciones religiosas del Año Santo en curso. Decenas de personas se han congregado ante el hospital para rezar por su pronta recuperación.
El viernes, los médicos del papa aseguraron que no había un riesgo inminente para su vida, aunque su estado sigue siendo complejo. Francisco, quien ha sido propenso a infecciones pulmonares debido a una pleuresía que sufrió en su juventud y a la extirpación parcial de un pulmón, ha enfrentado desafíos de salud recientes. Desde 2021, utiliza una silla de ruedas por una lesión en la rodilla y ha sido sometido a cirugías de hernia y colon.
Líderes religiosos y seguidores de todo el mundo han enviado mensajes de apoyo. El patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, expresó sus deseos de pronta recuperación, mientras que en Argentina, la tierra natal del papa, su imagen fue proyectada en el obelisco de Buenos Aires. El Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe le envió una misiva con deseos de fortaleza y consuelo.
Mientras Francisco continúa hospitalizado, altos cargos vaticanos han desmentido rumores sobre una posible renuncia del papa. El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, calificó estas versiones como especulaciones sin fundamento, enfatizando la importancia de la salud del Santo Padre.
El cardenal Víctor Manuel Fernández también desestimó las presiones para una dimisión, afirmando que una decisión de este tipo debe ser completamente libre y sin presiones externas. Francisco ha dejado abierta la posibilidad de renunciar si su salud se lo impide, siguiendo el precedente de su predecesor, Benedicto XVI, aunque ha afirmado que considera su labor de por vida.
BBC News
