Los estadounidenses se preparan para elegir entre la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump en una contienda que se perfila como una de las más reñidas en la historia reciente. Con más de 80 millones de votantes que ya han emitido su voto anticipado, los resultados podrían depender de los resultados en siete estados cruciales: Pensilvania, Míchigan, Wisconsin, Carolina del Norte, Georgia, Nevada y Arizona.
Algunos de los factores decisivos incluyen el voto de género, donde Harris ha demostrado un fuerte liderazgo entre las mujeres, mientras que Trump ha centrado su campaña en captar el apoyo de hombres jóvenes sin título universitario. Según las encuestas, Harris lidera entre las mujeres votantes, lo que refuerza su posición en temas clave como el aborto y los derechos reproductivos.
Otro aspecto significativo es el papel de los votantes latinos y afroamericanos. Si bien Trump ha hecho algunos avances entre estos grupos, Harris mantiene una ventaja considerable. En Pensilvania, la candidata demócrata lidera entre los votantes latinos, especialmente entre los puertorriqueños, quienes se sienten ofendidos por comentarios insensibles hechos en un acto de Trump.
La «muralla azul» de Pensilvania, Míchigan y Wisconsin sigue siendo un bloque crítico. Si Harris logra mantener estos estados, tendrá una ruta clara hacia la victoria. Mientras tanto, cualquier cambio en el apoyo podría abrir la puerta a una victoria de Trump, especialmente si logra buenos resultados en los estados del Cinturón del Sol.
Con el telón de fondo de una enorme brecha de género y la movilización de los votantes en juego, el resultado de estas elecciones podría redefinir el panorama político de Estados Unidos en los próximos años.
