En un evento político de gran trascendencia, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) se alzó con la victoria en las elecciones alemanas, obteniendo un claro 28,6% de los votos según datos oficiales. Este resultado posiciona a la CDU como la principal fuerza política en el país, y se anticipa que su líder, Friedrich Merz, asuma el cargo de canciller. Mientras tanto, el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) logró un resultado histórico, asegurando más del 20% de apoyo, lo que le sitúa como el segundo partido más votado.
El Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), liderado por el actual canciller Olaf Scholz, obtuvo solo un 16%, cayendo al tercer lugar, seguido por el Partido de los Verdes con 11,6%. Scholz reconoció la derrota, describiéndola como un «sabor amargo». El elevado 83% de participación en estos comicios resaltó la importancia de las elecciones, una cifra no vista desde la reunificación alemana en 1990.
Friedrich Merz tiene ahora la tarea de formar una coalición de gobierno en el Parlamento, habiendo descartado ya cualquier alianza con la AfD. En un discurso, subrayó su compromiso con «recuperar rápidamente la capacidad de actuar» y aseguró que trabajará para que «el mundo vea que Alemania vuelve a ser gobernada de forma fiable».
Por su parte, la AfD, liderada por Alice Weidel, ha sido catapultada a la prominencia política tras una serie de atentados mortales supuestamente perpetrados por migrantes, un tema que ha capitalizado con su retórica de políticas de deportación estrictas y límites a la inmigración.
La CDU ahora debe forjar una alianza, posiblemente con los socialdemócratas, para asegurar la gobernabilidad. El rechazo a la AfD refleja el continuo «Brandmauer», una tradición política de evitar alianzas con grupos de extrema derecha. La líder de AfD, Weidel, expresó que, aunque una coalición con CDU ha sido descartada, el deseo de cambio es palpable entre los ciudadanos.
El editor europeo de la BBC, Paul Kirby, señaló que, a pesar del éxito de la AfD, una coalición entre CDU y AfD es inviable debido al tabú histórico. Merz deberá buscar puntos de acuerdo con los socialdemócratas en temas clave como la economía y la migración, y posiblemente, considerar a los Verdes, aunque las tensiones recientes complican esta posibilidad.
La estabilidad del próximo gobierno está por verse, con la posibilidad de que situaciones políticas inestables conduzcan a elecciones anticipadas en el futuro cercano, un escenario donde la AfD buscaría aumentar su influencia política.
BBC News