El Ministerio de Defensa de Colombia informó que el número de muertos por la violencia guerrillera en la región del Catatumbo, situada en la frontera con Venezuela, ha aumentado a 63 personas. Estos enfrentamientos, que se han intensificado desde el 16 de enero, involucran al Ejército de Liberación Nacional (ELN) y al Frente 33 de las disidencias de las FARC.
En el desglose de las víctimas, el municipio de Tibú reporta 33 fallecidos, Teorama 21, y El Tarra seis. Además, se han registrado asesinatos individuales en San Calixto, Hacarí y Ocaña.
La región del Catatumbo enfrenta una de las peores crisis humanitarias de la historia reciente de Colombia, afectando a cerca de 85.000 personas, incluidas comunidades indígenas y migrantes venezolanos. Mireille Girard, representante de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en Colombia, declaró que hasta el pasado 14 de febrero, 84.621 personas han sido afectadas principalmente por los desplazamientos forzados derivados de la violencia.
Girard enfatizó que «la violencia en el Catatumbo ha generado el mayor desplazamiento masivo desde que tenemos registros en Colombia». Además, señaló que hay comunidades confinadas con movilidad restringida y acceso limitado a alimentos, atención médica y ayuda humanitaria.
Datos Alarmantes de Desplazamiento
Acnur ha recopilado cifras preocupantes: 52.286 personas desplazadas, 19.000 con restricciones de movilidad, 8.668 confinadas, y 4.667 refugiados y migrantes venezolanos. La situación también es crítica para los firmantes del acuerdo de paz, ya que nueve excombatientes, acusados por el ELN de pertenecer al Frente 33 de las disidencias, están desaparecidos y seis de ellos han sido asesinados.
Este contexto de violencia y desplazamiento subraya la gravedad de la situación que enfrenta el Catatumbo, marcando un desafío significativo para la estabilidad en la región y subrayando la necesidad de una intervención humanitaria eficaz.
