En un comunicado reciente, el grupo Hamás ha manifestado su disposición a liberar al soldado israelí-estadounidense Edan Alexander como parte de un acuerdo mayor que incluye la implementación de lo que sería la segunda fase del acuerdo de alto el fuego. Este acuerdo contempla tanto el fin del conflicto como la retirada de tropas, además de la apertura inmediata de los cruces fronterizos para el ingreso de ayuda humanitaria a Gaza.
Según Basem Naim, miembro del buró político de Hamás, el grupo busca «un acuerdo excepcional» que incluiría la liberación de Alexander y los restos de otros cuatro soldados a cambio de la excarcelación de un número aún por negociar de detenidos y presos palestinos. Hamás subraya que es esencial el «inicio simultáneo de las negociaciones para la implementación de la segunda fase del acuerdo de alto el fuego» y la «apertura inmediata» de los cruces fronterizos, tal como lo han pactado las partes involucradas.
Naim remarcó que la respuesta de Hamás a la reciente propuesta estadounidense se alinea con el acuerdo de alto el fuego de tres fases, firmado el 17 de enero de 2025. Además, destacó que no se alcanzará un acuerdo si Israel no se retira del corredor de Filadelfia, una medida estipulada en la primera fase del acuerdo. Las negociaciones para la segunda fase, según Naim, deben concluir en un plazo de 50 días, con garantías proporcionadas por los mediadores.
De acuerdo con fuentes anónimas citadas por el canal catarí Al Jazeera, Israel ha solicitado la liberación de once rehenes vivos, entre ellos Edan Alexander, además de la devolución de 16 cadáveres de rehenes. A cambio, Israel estaría dispuesto a liberar a 120 presos con condenas perpetuas, 1.110 detenidos palestinos de la Franja de Gaza y 160 cadáveres.
Hasta el momento, la Oficina del Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, no ha emitido comentarios oficiales sobre su respuesta a la propuesta. Se espera que el Gabinete de seguridad se reúna esta noche para debatir los pasos a seguir.
La situación en Gaza y las negociaciones en curso reflejan la complejidad de un conflicto que ha persistido durante décadas. Con este acuerdo en discusión, ambas partes enfrentan un momento crítico que podría influir significativamente en la dinámica política y humanitaria de la región en el futuro cercano. La comunidad internacional sigue de cerca el desarrollo de estos acontecimientos, con la esperanza de que se logre un acuerdo que beneficie tanto a las partes involucradas como a la población civil atrapada en el conflicto.
EFE
