El hijo del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, Miguel Díaz-Canel Villanueva, viajó recientemente a Venezuela como parte de una delegación oficial cubana. El viaje, realizado el 13 de agosto, tuvo como objetivo conmemorar el natalicio del fallecido líder cubano Fidel Castro. Durante su estancia, Díaz-Canel Villanueva se reunió con el presidente venezolano Nicolás Maduro.
A pesar de no ocupar ningún cargo oficial en el régimen cubano, Díaz-Canel Villanueva fue presentado por Maduro no solo como el hijo del presidente, sino como «Miguelito, músico, compositor, que ha venido a compartir sus composiciones, su poesía». Esta presentación tuvo lugar en un evento cuyas imágenes fueron difundidas esta semana a través del canal oficialista TeleSur.
La delegación cubana presente en Venezuela incluía al embajador cubano en el país, Dagoberto Rodríguez, y su esposa, así como al reconocido espía Antonio Guerrero y al vocero Elián González, entre otros. Las imágenes del encuentro también fueron compartidas en redes sociales por el periodista e investigador cubano José Raúl Gallego, quien cuestionó el propósito del viaje de Díaz-Canel Villanueva: «¿Fue a cantar? ¿Fue como un funcionario?».
Gallego criticó que el viaje se financió con fondos públicos cubanos, resaltando que estos recursos no se destinan a necesidades básicas de la población como medicinas o alimentos, sino a «los viajes de los nenes y las carteras de la Machi».
Díaz-Canel Villanueva es conocido por dirigir el grupo musical D’Cuba y forma parte de la Asociación Hermanos Saíz (AHS). Sin embargo, su viaje ha sido objeto de críticas debido a las acusaciones de nepotismo y al uso de fondos públicos en un momento en que Cuba enfrenta una severa crisis económica y social. La situación crítica por la que atraviesa la isla ha generado descontento entre la población, que debe lidiar con la escasez de recursos básicos mientras se percibe que las figuras cercanas al poder disfrutan de privilegios.
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