Budapest, Hungría – El 19 de septiembre de 2025, el Primer Ministro húngaro, Viktor Orbán, anunció que su gobierno designará a Antifa como una organización terrorista, replicando una política recientemente anunciada por el Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Esta decisión marca un nuevo capítulo en la alineación transatlántica entre los dos líderes, quienes comparten una visión crítica hacia los grupos de izquierda.
Durante una conferencia de prensa, Orbán expresó su satisfacción con la decisión del Presidente Trump, afirmando: «Estoy complacido con la decisión del Presidente de los Estados Unidos, y tomaré la iniciativa de hacer lo mismo aquí en Hungría.» El Primer Ministro húngaro argumentó que Antifa es una organización terrorista que ha cometido actos de violencia en el país, incluyendo el ataque a personas pacíficas en las calles y la posterior ascensión de algunos de sus miembros a cargos políticos, como Miembros del Parlamento Europeo (MEPs).
Orbán criticó duramente a estos individuos, señalando que «han venido a Hungría, han golpeado a personas pacíficas en las calles, han dejado a algunos medio muertos, y luego se han convertido en MEPs, desde donde nos dan lecciones sobre el estado de derecho.» Esta declaración refleja una narrativa recurrente en el discurso de Orbán, quien a menudo acusa a las élites occidentales y a los grupos de izquierda de hipocresía y doble moral.
La decisión de designar a Antifa como una organización terrorista sigue a un incidente en 2023, cuando activistas de Antifa estuvieron involucrados en asaltos durante un evento de extrema derecha en Budapest. Este evento llevó al arresto y prolongada detención de la activista italiana Ilaria Salis, lo que provocó un incidente diplomático con Italia. A pesar de que Antifa no tiene una estructura organizativa formal en Hungría, Orbán insistió en la necesidad de clasificarla como una organización terrorista, siguiendo el «ejemplo americano.»
Esta medida se inscribe en el contexto de las políticas de Orbán, que a menudo reflejan o se alinean con las de Trump, y subraya una narrativa de combate contra las amenazas percibidas desde los grupos de izquierda. Sin embargo, esta decisión ha sido recibida con escepticismo por algunos observadores, quienes señalan que Antifa no opera como una organización cohesionada en Hungría y que la designación podría ser más simbólica que práctica.
El anuncio de Orbán ha generado debates sobre las implicaciones de esta designación, especialmente en un momento en que las tensiones geopolíticas y las divisiones ideológicas están en aumento. Mientras tanto, el gobierno húngaro parece decidido a reforzar su postura contra lo que percibe como amenazas internas y externas a su soberanía y valores nacionales.
.-Espiga Noticias