Las autoridades de la comarca indígena Guna Yala de Panamá han solicitado la suspensión de la llegada masiva de migrantes a su territorio autónomo, argumentando la falta de recursos necesarios para manejar este flujo migratorio. Este fenómeno se dirige hacia el sur del continente después de que numerosos migrantes vieran frustradas sus intenciones de ingresar a Estados Unidos.
El Congreso General Gunayala emitió este pedido tras el naufragio de este viernes en las costas de la comarca, donde una lancha con 21 personas, incluidos 19 migrantes de Colombia y Venezuela, tuvo un trágico desenlace con la muerte de una niña venezolana de ocho años.
Guna Yala, una de las seis comarcas indígenas autónomas de Panamá, se ha convertido en un corredor marítimo para el flujo migratorio debido al endurecimiento de la política inmigratoria del gobierno estadounidense. En un comunicado, el Congreso General Gunayala instó a los gobiernos de Panamá y Estados Unidos, así como a los organismos internacionales, a «suspender la llegada masiva de migrantes» a su territorio. Señalan que esta situación debería ser una «responsabilidad total del Estado con su Gobierno», ya que la comarca carece de las condiciones necesarias para brindar la atención adecuada.
La misiva destaca que el territorio se ha transformado en una ruta migratoria para personas que regresan a sus países de origen, y enfatiza la falta de «equipos, infraestructuras y medios de transporte suficientes» para manejar esta situación.
Las autoridades indígenas se reunieron con el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) para coordinar el flujo de migrantes, aunque estas acciones aún no se han concretado. Según la agencia EFE, el domingo zarpó una lancha con 20 migrantes, incluyendo cuatro menores de edad, desde la isla Gardi Sigdub con destino a la isla Calidonia y posteriormente a Puerto Obaldía, una localidad que conduce a la selva del Darién, una zona fronteriza peligrosa con Colombia utilizada como corredor migratorio.
Durante el fin de semana, más de doscientos migrantes, en su mayoría venezolanos, se congregaron cerca del Puerto de Cartí en Guna Yala, a la espera de embarcarse hacia el sur.
El naufragio que resultó en la muerte de una niña venezolana ocurrió el viernes cerca de la comunidad de Mansucum, «en el contexto del flujo migratorio inverso», según informó el Senafront. La lancha que naufragó ignoró advertencias sobre las condiciones climáticas adversas, advertencias que otras embarcaciones, que cancelaron su viaje hacia La Miel, sí atendieron, resultando en este desafortunado accidente.
La Defensoría del Pueblo de Panamá ha solicitado una investigación para determinar responsabilidades en el naufragio ocurrido «en el contexto del flujo migratorio inverso». Además, reiteró su advertencia sobre «los peligros que acarrea la ruta marítima», recordando sucesos similares que han cobrado vidas en naufragios anteriores procedentes de Colombia.
EFE