El embajador de Irán ante la ONU ha informado que 78 personas murieron y más de 320 resultaron heridas tras los ataques israelíes. En respuesta, el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jameneí, emitió un mensaje grabado en el que prometió venganza, declarando: «No permitiremos que escapen impunemente de este gran crimen que cometieron».
Por otro lado, los servicios de paramédicos de Israel reportaron que 34 personas resultaron heridas durante un bombardeo en la zona metropolitana de Tel Aviv. Un periodista de The Associated Press observó vehículos calcinados y al menos tres casas dañadas en Ramat Gan, al este de Tel Aviv.
Un funcionario estadounidense, que prefirió mantener el anonimato, indicó que los sistemas de defensa aérea estadounidenses en la región estaban ayudando a interceptar los misiles iraníes. Este intercambio de ataques ha generado preocupaciones de una posible guerra total entre las dos naciones, intensificando la agitación en la región.
Israel, que había amenazado con realizar dicho ataque durante mucho tiempo, había sido prevenido por sucesivos gobiernos estadounidenses sobre el riesgo de encender un conflicto más amplio en Oriente Medio. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, confirmó que Estados Unidos fue informado de antemano sobre el ataque.
Las acciones israelíes han sido condenadas por varios países de la región, mientras que líderes internacionales han pedido una desescalada inmediata de ambas partes. En respuesta a la situación, el Consejo de Seguridad de la ONU ha programado una reunión de emergencia a petición de Irán. En una carta dirigida al consejo, el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, calificó los asesinatos de funcionarios y científicos iraníes como “terrorismo de Estado” y defendió el derecho de su país a la autodefensa.
EFE
