Israel ha puesto fin al alto el fuego pactado en Gaza, realizando ataques masivos aéreos y de artillería contra la Franja. Este brusco retorno a las hostilidades ocurre tras la tregua iniciada el pasado 19 de enero. Según el Ministerio de Sanidad del enclave palestino, al menos 404 personas han muerto y 562 han resultado heridas. Fuentes médicas locales estiman que el número total de víctimas asciende a 412, entre las cuales se encuentran más de 60 niños.
En respuesta a estas operaciones, Israel ha ordenado el desalojo de áreas cercanas a la frontera, incrementando temores sobre una posible escalada militar terrestre.
La administración estadounidense ha confirmado que Israel consultó con la Casa Blanca antes de reanudar los ataques. Diversos países y organizaciones internacionales, entre ellos la ONU, China y Reino Unido, han solicitado que cesen los bombardeos y se restablezca el alto el fuego.
La tregua, ahora resquebrajada, se había mantenido precariamente. Desde su inicio, Israel había llevado a cabo ataques de menor escala y se rehusaba a avanzar hacia la segunda fase del acuerdo, que implicaba la retirada de tropas y el fin del conflicto. Por el contrario, Israel buscaba alargar la primera fase mediante la liberación de rehenes, mientras imponía un bloqueo a la entrada de ayuda humanitaria y cortaba el suministro eléctrico en Gaza.
Se han reportado al menos 35 ataques distribuidos en diversos puntos de Gaza, incluyendo Jan Yunis, Ráfah, Nuseirat, Al-Bureij, Yabalia y la ciudad de Gaza. Incluso el campamento de Al Masawi, designado por Israel como «zona humanitaria», ha sido objeto de ataques.
Una residente de la ciudad de Gaza, Rabiha Yamal, relató a Reuters: «Ha sido una noche infernal. Creíamos que se había acabado, pero la guerra ha vuelto». La Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha denunciado que varios objetivos han sido edificios residenciales, escuelas y campos de refugiados. La Cruz Roja alerta sobre la crítica situación sanitaria, con hospitales al borde del colapso debido al continuo bloqueo.
Entre las víctimas mortales, figuran al menos cinco altos dirigentes de Hamás y sus familias, incluyendo a Mahmoud Abu Watfa y Mohammad Al Jmasi.
Mientras tanto, el Ejército israelí ha afirmado que sigue atacando objetivos de Hamás y la Yihad islámica. Ha ordenado el desalojo de barrios próximos a la frontera, considerados ahora «zonas de combate peligrosas», causando un nuevo desplazamiento de población.
Esta ruptura de la tregua se produce en un momento delicado para Israel, marcado por la crisis política interna, incluyendo el cese del director del Shin Bet, Ronen Bar, y la suspensión del juicio por corrupción contra el primer ministro, Benjamín Netanyahu.
EFP