En un comunicado inesperado y conmovedor, el expresidente de Estados Unidos, Joe Biden, reveló su diagnóstico de un «agresivo» cáncer de próstata. La información, difundida por su oficina, indica que la enfermedad ha hecho metástasis hasta los huesos, aunque el exmandatario, originario de Scranton, Pensilvania, se compromete a seguir adelante con el tratamiento.
La semana pasada, Biden fue evaluado por un hallazgo reciente de un nódulo de próstata, tras experimentar un aumento en los síntomas urinarios. El diagnóstico, confirmado el viernes, clasifica el cáncer con una puntuación de Gleason de 9 (Grupo de Grado 5), lo que indica un alto grado de agresividad. Sin embargo, el comunicado destaca que el cáncer parece ser sensible a las hormonas, lo que posibilita un manejo efectivo. Biden y su familia están revisando las opciones de tratamiento junto a sus médicos.
Horas después del anuncio, Biden se dirigió al público a través de sus redes sociales con un mensaje breve pero significativo. Junto a una fotografía con su esposa, Jill Biden, y una de sus mascotas, el expresidente compartió: «El cáncer nos afecta a todos. Como muchos de ustedes, Jill y yo hemos aprendido que somos más fuertes en los lugares rotos. Gracias por levantarnos con amor y apoyo».
La noticia de su diagnóstico ha resonado en todo el espectro político, incluyendo una declaración del actual presidente, Donald Trump, quien expresó: «Melania y yo estamos entristecidos por conocer el reciente diagnóstico médico de Joe Biden. Enviamos nuestros más cálidos y mejores deseos a Jill y a la familia, y le deseamos a Joe una rápida y exitosa recuperación».
Este no es el primer encuentro de la familia Biden con el cáncer. En 2015, Beau Biden, hijo del exmandatario, falleció víctima de un cáncer cerebral. La historia de Biden, quien tuvo que dar un paso al costado en la carrera presidencial, ha tocado a muchos, recordando la vulnerabilidad y la resiliencia frente a la adversidad.
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