La reciente decisión del gobierno de Donald Trump de eliminar el Estatus de Protección Temporal (TPS) para ciudadanos venezolanos en Estados Unidos ha provocado una ola de descontento entre la comunidad venezolana en el país. A partir de ahora, los 348,202 venezolanos que habían obtenido esta protección migratoria en 2023 deberán abandonar el territorio estadounidense antes del 7 de abril, a menos que logren regularizar su estatus o soliciten asilo.
Descontento y traición
La noticia ha generado una fuerte reacción entre los venezolanos que residen en Estados Unidos, quienes apenas días antes también recibieron la suspensión del «parole», un permiso humanitario que benefició a miles de personas durante el mandato de Joe Biden. Activistas venezolanos, como Adelys Ferro, han expresado su decepción, afirmando sentirse «traicionados» y «usados». Ferro, representante del Venezuelan American Caucus en Miami, lideró una conferencia de prensa en el restaurante El Arepazo, un lugar emblemático en Doral, Florida, donde se encuentra una de las comunidades venezolanas más grandes del país.
Retos para los venezolanos
Durante el acto, Mayra Marchán, activista de All For Venezuela, planteó preocupaciones sobre el futuro de quienes no pueden regresar a Venezuela pero tampoco pueden quedarse legalmente en Estados Unidos. Sin un estatus migratorio adecuado, estos individuos enfrentarán desafíos como la pérdida de empleo y acceso a servicios básicos. Muchos de los asistentes, incluidos beneficiarios del TPS, buscaban orientación para evitar caer en la categoría de indocumentados.
La situación en Venezuela y el contexto histórico del TPS
El alivio migratorio del TPS se otorga a ciudadanos de países donde las condiciones de vida son peligrosas o inestables. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, justificó la eliminación del TPS para venezolanos alegando «mejoras notables» en áreas como la economía y la salud pública en Venezuela. Sin embargo, esta decisión contradice las evaluaciones previas del gobierno de Biden, que extendió el TPS citando una grave crisis humanitaria en el país sudamericano.
Acercamiento con el gobierno de Maduro
En un movimiento inesperado, Trump ha logrado deportar a 190 venezolanos tras una serie de acercamientos con el gobierno usurpador de Venezuela, liderado por Nicolás Maduro. Richard Grenell, enviado especial de Trump, visitó Caracas, donde se discutieron posibles levantamientos de sanciones a cambio de aceptar vuelos de deportados. Aunque el secretario de Estado, Marco Rubio, ha desestimado que este contacto implique un reconocimiento político a Maduro, la situación plantea interrogantes sobre el futuro de las relaciones entre ambos países.
Estigmatización y preocupaciones de seguridad
La eliminación del TPS ha sido justificada en parte por preocupaciones de seguridad. La secretaria Noem mencionó la presencia de «miembros del TdA», refiriéndose al Tren de Aragua, un grupo criminal venezolano. No obstante, Ferro argumentó que la comunidad venezolana está siendo injustamente señalada. Según cifras oficiales, solo un pequeño número de personas con posibles vínculos con el TdA ha sido identificado en Estados Unidos, y ninguno de ellos tenía TPS.
El desenlace de esta situación sigue siendo incierto, pero la comunidad venezolana en Estados Unidos enfrenta ahora grandes incertidumbres y preocupaciones sobre su futuro en el país.
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