La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos presentó una propuesta este martes para exigir a las compañías de alimentos que incluyan un etiquetado nutricional al frente de los paquetes y envases de comida. Esta iniciativa responde a una demanda de nutricionistas y sigue ejemplos de otros países, requerirá que las etiquetas indiquen los niveles de grasas saturadas, sodio y azúcares añadidos en cada paquete, clasificándolos en tres categorías: bajo, mediano y alto.
La agencia federal destacó que «esta propuesta juega un papel clave en las prioridades nutricionales de la agencia», como parte de un esfuerzo del gobierno para combatir la creciente crisis de enfermedades crónicas en el país. Diversos estudios destacan que el consumo excesivo de grasas saturadas, sodio y azúcares añadidos es uno de los principales factores de cáncer, diabetes y enfermedades cardíacas en Estados Unidos. Actualmente, al menos el 60% de la población sufre de alguna enfermedad crónica, lo que representa un coste anual de 4,5 billones de dólares en atención sanitaria, según datos de la FDA.
La propuesta estará abierta para comentarios públicos durante 120 días. Posteriormente, será la responsabilidad de la administración entrante del presidente electo, Donald Trump, implementar la normativa. De ser adoptada, las compañías que generen más de 10 millones de dólares anuales en ingresos tendrán tres años para cumplir con la medida, mientras que las más pequeñas dispondrán de un año adicional.
El objetivo del nuevo cuadro de información nutricional es «brindar información accesible para ayudar a los consumidores a identificar rápida y fácilmente cómo los alimentos pueden ser parte de una dieta saludable», según agregó la agencia.
En este sentido, Robert F. Kennedy Jr., nominado por Trump para dirigir el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), ha prometido emprender una lucha contra la comida ultraprocesada y la industria alimenticia, a la que ha acusado de «envenenar» al país.
Este esfuerzo refleja una intervención significativa del gobierno en la regulación de la industria alimenticia, con el fin de mejorar la salud pública y reducir el impacto económico de las enfermedades relacionadas con la dieta.
EFE