En un hospital palestino de Jerusalén, la vida de Sham Abu Tabaq, de apenas 5 años, se entrelaza con relatos desgarradores y momentos de esperanza. La pequeña, que ha sido testigo de horrores inimaginables en Gaza, sobrevive junto a su madre, Sanaa, después de perder a su padre y a su hermana mayor, Yasmeen, en un ataque militar.
La familia vivía en Beit Lahia cuando se vio atrapada en el devastador conflicto. Tras el ataque de Hamás el 7 de octubre, intentaron regresar a casa durante un alto el fuego. Sin embargo, mientras caminaban, fueron alcanzados por disparos. Aunque Yasmeen y Akram, el padre de Sham, fueron asesinados, una intervención inesperada de un soldado israelí permitió que Sanaa y Sham recibieran atención médica.
Sanaa, a pesar del dolor y la pérdida, expresa gratitud hacia el soldado que les brindó ayuda. «Fue un milagro de Dios que el soldado que me hablaba en árabe me ayudara», afirma, reconociendo la complejidad de sus emociones. Actualmente, madre e hija enfrentan el lento camino hacia la recuperación, aferrándose a la esperanza en medio del dolor y la incertidumbre.
Esta historia, que refleja la dualidad de la guerra, subraya la urgencia de un diálogo humanitario y pacífico en la región. En medio de la devastación, la vida de Sham es un recordatorio de la resiliencia humana y la posibilidad de compasión incluso en los momentos más oscuros.
Cortesía CNN