El pasado viernes se conmemoró el cuarto aniversario de las protestas del 11 de julio de 2021 en Cuba, un evento que marcó un antes y un después en la historia reciente del país. Estas manifestaciones, conocidas como 11J, simbolizaron un momento crucial de oposición al régimen cubano, ya que miles de ciudadanos salieron a las calles para exigir cambios políticos significativos.
Según los reportes de entonces, la manifestación comenzó en San Antonio de los Baños, Artemisa, y en cuestión de horas se extendió a diversas ciudades del país. Decenas de miles de cubanos se unieron en un clamor común por el fin de la dictadura, la renuncia de Miguel Díaz-Canel y por la obtención de libertades fundamentales. Este evento, sin precedentes en la Cuba contemporánea, es recordado por muchos como un punto de no retorno en la lucha por los derechos civiles en la isla.
El saldo de las protestas fue significativo, con más de un millar de prisioneros políticos detenidos, de los cuales la mayoría aún sigue encarcelada. Estos acontecimientos han sido un recordatorio constante del poder de la movilización popular y del cambio de actitud entre los ciudadanos, evidenciado en la frase que resuena entre muchos: «el miedo cambió de bando».
Cubanos en todo el mundo han mantenido viva la memoria de este día, organizando conmemoraciones y manifestaciones en ciudades como Madrid, Washington, Miami y San José. Estos eventos no solo celebran el espíritu de resistencia del 11J, sino que también sirven para exigir la liberación de los detenidos y el respeto a los derechos humanos en Cuba.
La conmemoración del 11J sigue siendo un símbolo de resistencia y esperanza para muchos cubanos, tanto dentro como fuera de la isla. La historia recuerda este día como un catalizador para el cambio y un llamado a la acción en pro de un futuro más libre y democrático para Cuba.
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