Una madre cubana, Iseilys Valdés, ha recurrido a las redes sociales para lanzar un mensaje de desesperación: «Vendo uno de mis riñones para poderle comprar una casita con dignidad a mi hija, al menos dejarla con algo en esta vida». Valdés, quien reside en Santa Cruz del Norte, provincia Mayabeque, ha pedido que no la critiquen por esta decisión, enfatizando que solo ella y sus allegados comprenden su situación actual.
En su publicación en Facebook, Valdés expresó: «A los que vayan a criticar, gracias. Les presto mis zapatos para que se los pongan. Imaginarán ya cómo estoy cuando hago público lo que estoy pasando. Sin contar otras situaciones que los que de verdad me conocen y están cerca, saben». A pesar de restringir su perfil en la red social después de la publicación, Valdés declaró al medio CubaNet que actualmente vive junto a su hija de 11 años en una casa prestada que presenta peligro de derrumbe.
A pesar de tener un trabajo, los ingresos de Valdés no le permiten adquirir una vivienda propia. Además, denunció que el padre de la niña, dueño de la actual vivienda, acude con frecuencia al lugar para hostigarla, teniendo antecedentes de violencia y consumo de alcohol. Esta situación refleja la realidad diaria de muchos cubanos que luchan por sobrevivir ante la falta de recursos y la desatención del régimen a estas problemáticas.
El caso de Iseilys Valdés es un reflejo de la desesperación y las dificultades que enfrentan los ciudadanos en la isla, quienes a menudo se ven forzados a tomar medidas extremas para asegurar un futuro mejor para sus familias.
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