El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, anunció el fin de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) como principal ejecutora de programas de ayuda exterior del gobierno. A partir del 1° de julio, estas funciones serán asumidas por el Departamento de Estado, marcando una nueva etapa en la política exterior del país, centrada en sus intereses estratégicos.
Rubio manifestó que el modelo basado en la caridad ha fracasado, subrayando la ineficiencia y el gasto descontrolado de la USAID. Según el funcionario, la agencia ha operado al margen de los intereses estadounidenses, apoyando programas que beneficiaron a «grupos antiestadounidenses» y creando una red de organizaciones no gubernamentales que no generaron resultados concretos.
El nuevo enfoque de política exterior se basará en comercio sobre ayuda, inversión sobre asistencia y oportunidades sobre dependencia, trasladando la ejecución de programas al Departamento de Estado. La ayuda exterior será limitada y más controlada, enfocándose en naciones con la capacidad de autosostenerse y atraer inversión privada, especialmente de empresas estadounidenses.
Rubio también destacó que este cambio permitirá enfrentar de manera más efectiva el modelo de influencia internacional de China. Aseguró que la bandera de Estados Unidos será un símbolo visible en cualquier ayuda entregada, reemplazando los logotipos de ONG o instituciones. Añadió que la USAID había considerado como destinatarios a la ONU y ONG internacionales, en lugar de a los ciudadanos estadounidenses que financiaban su presupuesto.
Esta decisión marca un cambio significativo en la estrategia de ayuda exterior de Estados Unidos, con el objetivo de asegurar que sus programas promuevan los intereses estratégicos del país.
Espiga Noticias