En Ciudad de México, más de 1,000 migrantes venezolanos han improvisado campamentos mientras esperan recursos para regresar a su país o vuelos de repatriación ofrecidos por el gobierno de Nicolás Maduro. Las autoridades mexicanas buscan disuadir estos asentamientos, promoviendo su reubicación en albergues temporales.
Durante una visita sorpresa a uno de estos campamentos, Stella Lugo, embajadora de Venezuela en México, afirmó que no existe una obligación de ayuda mutua, ya que la decisión de migrar fue tomada por los propios migrantes. Lugo llegó acompañada de autoridades de la capital mexicana en un operativo anunciado para desmantelar los campamentos. Esta declaración sorprendió a aproximadamente 400 migrantes presentes.
Para muchos de estos migrantes venezolanos, los campamentos representan una parada en su camino hacia el norte, mientras esperan regularizar su estatus migratorio o una oportunidad para continuar su viaje. Un amparo emitido en la ciudad el 24 de abril de 2025 ordenó la suspensión de cualquier intervención en el campamento, incluyendo traslados forzados o desalojos, hasta nuevo aviso.
El abogado venezolano Francisco J D´Angelo Ohep, defensor de derechos humanos, expresó su preocupación sobre la presencia de la embajadora Lugo en los campamentos, advirtiendo que podría violar el derecho internacional. «Permitir que una representante del régimen del cual escapan miles de venezolanos forme parte de un procedimiento con personas protegidas internacionalmente, no solo es imprudente y negligente, sino una violación directa de sus derechos», afirmó el director legal de Venemex.
Asimismo, Farida Acevedo, Directora de la Plataforma Venezuela Somos Todos, señaló que reclamó a las autoridades mexicanas por la presencia de la embajadora, a lo que respondieron que los propios migrantes solicitaron hablar con ella. Acevedo criticó la situación afirmando: «A Nicolás Maduro no le importan los derechos humanos de los venezolanos, pero está aprovechando esta coyuntura para lavar su cara».
En paralelo, Temístocles Villanueva, representante del gobierno capitalino, informó que cerca de 50 migrantes aceptaron ser trasladados voluntariamente en los primeros días del operativo, pero aún quedan más de 300 por convencer. Villanueva mencionó que existe una coordinación con la Embajada de Venezuela en México para facilitar el retorno de aquellos que lo soliciten.
Finalmente, el pasado 1 de mayo, otros 400 migrantes, principalmente venezolanos, fueron desalojados del parque Guadalupe Victoria por vecinos y trabajadores locales, quienes demolieron sus estructuras sin la presencia de autoridades.