Una reciente investigación ha revelado que más de 160,000 soldados rusos han muerto en el transcurso de tres años de conflicto armado con Ucrania. La investigación, llevada a cabo por Meduza y Mediazona y reportada por la agencia Efe, se basa en cifras de mortalidad y otros datos oficiales recopilados por activistas desde el inicio de las hostilidades.
En el año 2022, cerca de 20,000 soldados rusos perdieron la vida. En el 2023, la cifra se aproximó a los 50,000 y, durante el pasado año, el número ascendió a casi 100,000 muertos. «Las pérdidas en las filas rusas han ido en aumento año tras año», señalaron los investigadores, destacando la creciente gravedad de la situación.
Durante los primeros tres meses de combate, el ejército ruso sufría una pérdida diaria de entre 40 y 60 hombres. Sin embargo, esta cifra ha escalado dramáticamente, alcanzando los 250 soldados diarios en el primer trimestre de 2024.
Es relevante destacar que el recuento realizado por Meduza y Mediazona no incluye a los combatientes de las regiones ucranianas anexadas por Moscú ni a los soldados extranjeros. En los comienzos del conflicto, la mayoría de las bajas eran oficiales y militares profesionales. Con el tiempo, los índices de mortalidad más elevados se han registrado entre expresidiarios y voluntarios.
Actualmente, se desconoce el número exacto de soldados rusos que han quedado mutilados en acción, aunque algunos medios sugieren que son decenas de miles los que han quedado inválidos. Esta alarmante situación plantea serias preguntas sobre el costo humano de la guerra y su impacto a largo plazo en las familias y comunidades afectadas.
El Nacional