Portugal enfrenta una crisis de incendios forestales, con al menos cuatro muertes confirmadas, incluyendo tres bomberos, y 40 heridos. Miles de hectáreas han sido calcinadas mientras 5,000 bomberos luchan contra 48 fuegos activos en todo el país.
Las autoridades han cerrado varias autopistas, incluyendo un tramo clave entre Lisboa y Oporto, y han suspendido conexiones ferroviarias en el norte. En respuesta a la emergencia, el gobierno portugués ha solicitado ayuda a la Comisión Europea, lo que ha llevado a España, Italia y Grecia a enviar aviones cisterna para apoyar en las labores de extinción.