Después de semanas de estancamiento político en Francia, el presidente Emmanuel Macron ha designado al conservador Michel Barnier como primer ministro, en una decisión que ha generado controversia y polarización. La elección de Barnier, de 73 años y destacado negociador del Brexit, ha sido cuestionada por varios frentes políticos.
Aunque la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP) obtuvo la mayor cantidad de votos en las elecciones legislativas, Macron descartó a su candidata, Lucie Castets, y optó por Barnier en un intento de garantizar la estabilidad gubernamental. Macron argumentó que un gobierno de NFP sería rápidamente censurado por otros grupos en la Asamblea Nacional.
Barnier, miembro del partido derechista Los Republicanos (LR), asume el cargo en un momento de alta fragmentación en el Parlamento, donde LR es la cuarta fuerza con 47 escaños. Barnier deberá formar un gobierno con el apoyo del centro macronista, de LR y de otras agrupaciones minoritarias, sin contar con una mayoría absoluta de 289 escaños.
La coalición de izquierdas ha criticado duramente la designación, argumentando que Barnier carece de legitimidad política y que su nombramiento podría desestabilizar aún más el gobierno. El Partido Socialista y otros miembros del NFP han anunciado su intención de buscar la caída del nuevo gobierno.
La decisión de Macron ha desatado un debate sobre si esta movida política es un acierto para la estabilidad del país o una traición a la voluntad popular expresada en las elecciones legislativas.
Para discutir estos temas, El Debate contará con la participación de Eugenie Richard, investigadora de la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia, desde Bogotá.
Cortesía El Nacional