Durante el segundo mandato del presidente Donald Trump, iniciado el 20 de enero de 2025, se ha implementado en Estados Unidos una política migratoria de “mano dura”, marcada por deportaciones masivas y restricciones severas al ingreso de extranjeros. En este contexto, múltiples migrantes en Florida están otorgando la tutela de sus hijos a personas allegadas por temor a ser deportados y dejar a los menores sin cuidado.
La agencia AFP ha documentado casos de familias afectadas por estos operativos. Uno de ellos es el de Rosa, una migrante guatemalteca de 32 años residente en Florida, que quedó a cargo de sus dos hijos tras el arresto de su esposo por parte de las autoridades migratorias. Ante el temor de ser detenida y de que los niños quedaran solos, decidió otorgar la tutela legal de los menores a la activista de Derechos Humanos Nora Sandigo.
“Trabajo menos y vivo con el miedo de no volver a casa con mis hijos. Es muy difícil explicárselo. Mi hijo espera a su papá y, como no llega, se entristece”, contó la centroamericana al describir el impacto de la situación en su familia.
La decisión de Rosa se enmarca en una práctica que, según los testimonios recogidos, se repite cada vez más entre migrantes indocumentados en Estados Unidos. Estos padres están cediendo la tutela temporal de sus hijos a personas de confianza mediante un documento legal que autoriza a otro adulto a tomar decisiones en nombre de los menores en escuelas, centros médicos y tribunales, sin que los progenitores pierdan la custodia.
En Florida, estado con una amplia población extranjera, los operativos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) han aumentado de forma considerable. Estas acciones impactan especialmente a trabajadores de sectores como la agricultura, la hostelería y la construcción, donde se concentra buena parte de la mano de obra migrante.
En este escenario, el trabajo de Nora Sandigo ha cobrado mayor relevancia. Sandigo, nicaragüense nacionalizada estadounidense, llegó a Estados Unidos como refugiada tras huir de la revolución sandinista en Nicaragua. Desde hace 15 años, a través de su fundación en Miami, se hace cargo legalmente de hijos de migrantes que temen ser detenidos o deportados.
Actualmente, Sandigo es tutora de casi 350 menores nacidos en Estados Unidos y de otros 137 nacidos en el extranjero, y en total ha representado a más de 2.000 niños. Algunos de ellos llegaron a vivir con ella y sus hijas durante largos periodos tras la deportación de sus padres. Según relata, recibe llamadas diarias de padres desesperados que buscan una alternativa para proteger a sus hijos ante la posibilidad de una detención.
“La nueva administración llegó con un discurso de persecución que genera terror entre los inmigrantes y una enorme angustia en los niños. Es algo realmente espeluznante”, sostiene Sandigo al describir el ambiente que percibe entre las familias migrantes.
La activista advierte que las actuales políticas migratorias pueden causar daños emocionales significativos en los menores y generar resentimiento en toda una generación. De acuerdo con su experiencia, el temor a las redadas y a la separación familiar impulsa a muchos padres a recurrir a la tutela temporal como una medida preventiva frente a posibles deportaciones.
Los casos como el de Rosa ilustran las decisiones legales y personales que están tomando numerosas familias migrantes en Florida ante el endurecimiento de las políticas migratorias durante el segundo mandato de Donald Trump. En este contexto, la figura de tutores como Sandigo se ha convertido en un recurso al que acuden padres que intentan garantizar la continuidad del cuidado y la protección de sus hijos en caso de verse obligados a abandonar el país.
EFE
