En un giro inesperado de los acontecimientos en la política exterior argentina, el presidente Javier Milei ha tomado la decisión de remover de su cargo a la canciller Diana Mondino. Esta decisión se produce en medio de una creciente polémica tras el voto de Argentina a favor de la resolución en la Asamblea General de la ONU que condena el embargo impuesto por Estados Unidos a Cuba.
El portavoz presidencial, Manuel Adorni, anunció a través de un mensaje en la red social X que Gerardo Werthein, hasta ahora embajador argentino en Washington, asumirá el cargo de nuevo canciller. Werthein, reconocido tanto en el ámbito diplomático como en el deportivo, es vicepresidente del Comité Olímpico Internacional y fue presidente del Comité Olímpico Argentino entre 2009 y 2021.
La votación en la ONU, en la que Argentina se sumó a otros 186 países para condenar el prolongado embargo estadounidense, ha sido una constante histórica en la política exterior del país sudamericano. Sin embargo, la administración de Milei, estrechamente alineada con Estados Unidos e Israel, ha visto cuestionada esta postura tradicional. Este contexto ha llevado a una crítica interna tras el apoyo a la resolución, particularmente ante la necesidad estratégica de contar con el respaldo de naciones como Cuba en futuros debates sobre las islas Malvinas.
Milei, en medio del torbellino, retuiteó un comentario de una diputada que celebraba la decisión gubernamental de no «ser cómplice de dictadores», enfatizando una visión divergente hacia el régimen cubano con el mensaje: «Viva #CubaLibre». Esta declaración subraya una línea más dura en la retórica diplomática del nuevo gobierno argentino.
La destitución de Mondino y el nombramiento de Werthein sugieren un posible nuevo rumbo en la política exterior de Argentina bajo la administración de Milei. Esta decisión no solo refleja las tensiones internas dentro del gobierno respecto a los alineamientos internacionales, sino que también destaca las delicadas equilibraciones que debe hacer Argentina en su posicionamiento global, especialmente en relación con países poderosos y enraizados en la política internacional como Estados Unidos e Israel.
Mientras que el país se enfrenta a nuevas dinámicas y desafíos en la escena internacional, el impacto de esta decisión sobre sus relaciones diplomáticas y la política interna está aún por verse. Con Werthein a la cabeza de la diplomacia argentina, el mundo esperará atentos los próximos pasos de Argentina en el escenario global.
