El Ministerio Público de República Dominicana ha presentado una acusación formal y solicitado el inicio de un juicio contra los propietarios del club nocturno Jet Set, que colapsó en Santo Domingo en abril, resultando en la muerte de 236 personas. Los dueños del local, los hermanos Antonio y Maribel Espaillat, enfrentan cargos de «homicidio involuntario» y «golpes y heridas involuntarias», según el comunicado oficial.
El trágico incidente ocurrió en la madrugada del 8 de abril, durante un concierto del famoso cantante de merengue Rubby Pérez, quien también perdió la vida en el colapso. Las investigaciones alegan que los hermanos Espaillat sobrecargaron la estructura del techo al instalar equipos pesados de climatización y tanques de agua, ignorando advertencias previas sobre el deterioro de la construcción.
Posterior al suceso, los hermanos fueron arrestados y luego liberados bajo una fianza de 50 millones de pesos. Sin embargo, las acusaciones se mantienen y el Ministerio Público asegura tener «cientos de elementos de prueba» que comprometen la responsabilidad penal de los procesados.
A mediados de junio, la presión sobre las autoridades aumentó considerablemente al presentarse más de 50 demandas civiles por parte de los familiares de las víctimas, incluidas las hijas de Rubby Pérez. Estos acontecimientos han generado un escrutinio público sobre las presuntas ventajas otorgadas a la familia Espaillat, conocida por su influencia económica en el país, poseedores además de un conglomerado de medios y un restaurante.
Los cargos de homicidio involuntario y lesiones conllevan penas de cárcel de hasta dos años, dependiendo de la gravedad de los daños causados, lo que señala el inicio de un proceso judicial que busca esclarecer y asignar responsabilidades por una de las tragedias más lamentables en la historia reciente de la República Dominicana.
NTN 24
