El arzobispo de Santiago de Cuba, monseñor Dionisio García Ibáñez, ha comunicado un conmovedor mensaje acerca de la situación que enfrenta actualmente el pueblo cubano, en el contexto previo a la celebración de la fiesta de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, que tiene lugar el 8 de septiembre.
En declaraciones recogidas por medios religiosos, monseñor Dionisio señaló que «nuestro pueblo necesita mucho. Estamos pasando momentos muy difíciles, muy serios como pueblo. Pero sabemos que la única manera de enfrentar la vida es poniéndonos en las manos de Dios”. Este sentimiento resalta la importancia de la fe y la unidad en tiempos de adversidad.
El arzobispo destacó el valor simbólico y unificador que representa la Virgen de la Caridad para todos los cubanos, afirmando que «dondequiera que haya un cubano, dentro o fuera de la isla, se recordará que el 8 de septiembre es el día de la Virgen de la Caridad». Esta afirmación subraya la relevancia de esta figura religiosa en la identidad cultural de Cuba.
Además, monseñor Dionisio citó las palabras de la Virgen María respecto a Jesús: «Hagan lo que Él les diga. Oren por nuestro pueblo y únanse a nosotros”, invitando a los feligreses a la oración y a la colaboración mutua para enfrentar los retos actuales.
En el año anterior, durante una eucaristía celebrada en mayo, el arzobispo hizo un llamado a los cubanos para que busquen la armonía y acepten las diversas formas de pensamiento como un camino hacia la paz. En una oración de súplica publicada por el Arzobispado de Santiago de Cuba en su página de Facebook, expresó: «Con las inmensas potencialidades que atesora nuestro pueblo, aprendamos a convivir en armonía, con un solo corazón y una sola alma, respetando las diferentes perspectivas de pensamiento».
El líder religioso incluyó en sus plegarias a los familiares de los reclusos, recordando su situación y la necesidad de empatía y apoyo. En una ocasión anterior, durante la celebración del Domingo de Ramos en marzo, García solicitó a la Virgen de la Caridad del Cobre por luz, alimentos y libertad, reflejando las necesidades apremiantes que enfrenta la nación.
Este mensaje se enmarca en un contexto de llamado a la unidad, la paz y la reflexión colectiva, elementos que monseñor Dionisio considera esenciales para el bienestar y progreso del pueblo cubano.
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