Katie Donnell, una influencer estadounidense de 28 años, falleció inesperadamente después de sufrir un infarto cardíaco que la dejó en coma inducido durante 10 días. Conocida por su autodenominado título de «la reina del ejercicio», Donnell era reconocida por su estilo de vida aparentemente saludable, que incluía una dieta balanceada y una rutina de ejercicios constante.
El incidente ocurrió mientras Donnell se encontraba en compañía de amigos, quienes inicialmente sospecharon un derrame cerebral en lugar de un paro cardíaco, la verdadera causa del colapso. Según su madre, Lori Barranon, la llegada tardía de la ambulancia y la demora en el procedimiento de intubación durante los primeros auxilios ocasionaron un daño cerebral irreparable.
Lori Barranon, de 63 años, señaló al consumo excesivo de bebidas energéticas como el factor contribuyente al fallecimiento de su hija. Barranon reveló que Donnell consumía hasta tres de estas bebidas diariamente, lo que, según la madre, pudo haber comprometido la salud de su sistema cardiovascular. A pesar de llevar una alimentación saludable y practicar ejercicio regularmente, Barranon sostiene que «la cafeína en exceso» afectó significativamente el organismo de la influencer.
El ataque cardíaco seguido de la falta de oxígeno resultó en un daño cerebral severo. A pesar de los esfuerzos médicos en el hospital, donde Donnell permaneció en coma inducido, la familia tomó la decisión de desconectarla del soporte vital ante la falta de perspectivas de recuperación.
Barranon describió a su hija como «el epítome de la salud», siendo una fervorosa consumidora de alimentos orgánicos, aunque admitió que Donnell padecía de una «ansiedad terrible». Sin embargo, tanto Barranon como los médicos consultados no han confirmado una causa específica de muerte, aunque advirtieron sobre los riesgos asociados al consumo excesivo de bebidas energéticas y pre-entrenamiento.
En sus declaraciones a los medios, Barranon instó a los padres a proteger a sus hijos de estos productos, advirtiendo sobre las potenciales consecuencias devastadoras. Esta trágica historia subraya la necesidad de un mayor control en el consumo de estimulantes y una comprensión más profunda de sus efectos en la salud.
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