Una organización poco conocida vinculada al aparato de inteligencia cubano, el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), está bajo escrutinio por su presunto papel en el entrenamiento de extranjeros para llevar a cabo actividades contra Occidente. Desde los inicios de la revolución de Fidel Castro, el ICAP ha estado involucrado en reclutar a activistas radicales de países occidentales, utilizando la «diplomacia» como pretexto.
La organización, afiliada a la inteligencia cubana, supuestamente ha entrenado a varios grupos activistas de extrema izquierda desde la época de la guerra de Vietnam. Hoy, el ICAP opera a través de 77 «grupos de solidaridad» en Estados Unidos, organizados mediante la Red Nacional sobre Cuba, que también tiene presencia en más de 150 países.
Más recientemente, el ICAP ha sido acusado de facilitar conexiones entre activistas que legitiman el terrorismo contra occidentales y judíos. En 2022, el régimen cubano, a través del ICAP, extendió una invitación oficial a Al-Tajammu, una coalición proiraní con vínculos a grupos como Hezbolá. Durante una reunión, se formalizó un acuerdo con Al-Tajammu, lo que se considera una estrategia importante para Irán y Hamás.
La influencia de Cuba no se limita a la facilitación de conexiones entre grupos radicales. En 2017, el ICAP permitió al Frente Popular para la Liberación de Palestina organizar una filial en La Habana, promoviendo actividades propagandísticas y de recaudación de fondos con activistas estadounidenses. Además, se ha informado que desde 2022, un grupo con sede en California ha estado enviando activistas a Cuba y Venezuela para recibir entrenamiento.
El Partido para el Socialismo y la Liberación, con sede en Estados Unidos, también ha sido vinculado al ICAP y la Red Nacional sobre Cuba. Este partido ha organizado más de 1700 manifestaciones antiisraelíes en Estados Unidos, siendo objeto de escrutinio tras un ataque en Washington.
El senador Marco Rubio podría desempeñar un papel crucial aconsejando al presidente Donald Trump sobre la imposición de sanciones al ICAP. Tal medida podría debilitar los esfuerzos de inteligencia de La Habana para reclutar y radicalizar activistas en contra de los intereses de Estados Unidos.
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