El padre Alberto Reyes, destacado sacerdote de la Arquidiócesis de Camagüey, ha emitido un conmovedor mensaje en el contexto del Día de las Madres en Cuba. A través de sus palabras, rinde homenaje a las madres cubanas y reflexiona sobre los desafíos que enfrentan en el difícil entorno de la isla.
En su mensaje, Reyes destaca la importancia sentimental de este día para el pueblo cubano: «Llega el Día de las Madres, esa fiesta tan cercana al alma de nuestro pueblo», menciona, subrayando el esfuerzo del cubano por reunirse con sus madres, vivas o fallecidas. Sin embargo, el sacerdote destaca que este día también evidencia las dificultades que implica ser madre en Cuba, un lugar donde conseguir alimentos, medicinas o ropa básica para los niños se torna cada vez más complicado.
Reyes menciona, además, la compleja realidad de muchas madres que viven separadas de sus hijos, ya sea porque han sido encarcelados por motivos políticos o porque dependen de una videollamada para mantener el contacto. «Es difícil por lo duro de intentar educar a los hijos en los valores eternos, en medio de una sociedad que se cae a pedazos», afirma el sacerdote, reflejando la crudeza del entorno sociopolítico actual.
Particularmente, el padre Reyes dedica palabras a las madres de los presos políticos, destacando su valentía y el dolor de tener a sus hijos encarcelados por alzar la voz en favor de los derechos humanos. «Esos hijos añorados ante los cuales se intenta no llorar, no derrumbarse», describe, subrayando el coraje de aquellos que buscan un cambio.
Además de su mensaje sobre el Día de las Madres, el padre Reyes es conocido por su postura crítica hacia el régimen castrista, aprovechando sus redes sociales para abogar por la liberación y transformación del país. En una declaración realizada en agosto de 2024, Reyes expresó su preocupación por el deterioro de la sociedad cubana: «Esto lo vamos a arrastrar mucho tiempo», señaló, aunque también destacó su esperanza en un futuro mejor.
El reconocimiento de Reyes a las madres cubanas resalta la resiliencia y el valor que demuestran diariamente, enfrentando las adversidades en un contexto social y político desafiante. Sus palabras no solo son un homenaje, sino también un llamado a la reflexión sobre el estado actual de una nación que, según el sacerdote, necesita comenzar a «caminar hacia la luz».
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