El papa León XIV ha decidido retirar la exclusividad al Instituto de Obras Religiosas (IOR), conocido comúnmente como el banco vaticano, para la gestión de inversiones financieras de la Santa Sede. Esta medida permitirá que los diferentes organismos del Vaticano puedan recurrir a intermediarios financieros establecidos en otros estados. El cambio en la política financiera del Vaticano se anunció en un documento publicado este lunes.
En el documento titulado ‘motu proprio’ «Coniuncta Cura», se detalla que la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica utilizará principalmente la estructura organizativa interna del IOR para sus actividades de inversión. Sin embargo, podría optar por intermediarios externos si resultan más eficientes o convenientes, de acuerdo con las evaluaciones del Comité de Inversiones.
El Papa, de origen estadounidense, explicó que la decisión se tomó tras una evaluación minuciosa de las recomendaciones del Consejo para la Economía y consultas con expertos en el campo financiero. El documento también subraya la importancia de una «responsabilidad compartida» entre las instituciones curiales encargadas de las inversiones financieras de la Santa Sede. Se insta a que se definan claramente los roles y responsabilidades para fomentar una colaboración mutua eficaz.
A pesar de estos cambios, el documento mantiene el papel operativo del IOR como entidad principal de gestión financiera, aunque se abre la puerta a la colaboración con entidades externas cuando se considere más adecuado.
La decisión se produce en un contexto de escrutinio financiero dentro del Vaticano, especialmente después de un juicio relacionado con un escándalo de compraventa de un inmueble en Sloane Avenue, Londres, donde se determinó que el Vaticano sufrió una pérdida cercana a 217 millones de euros. Este caso subraya la necesidad de una gestión financiera más eficiente y transparente.
EFE