El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha planteado la posibilidad de una influencia extranjera detrás de la violencia en el Catatumbo, una región afectada por intensos enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y disidencias de las FARC. En declaraciones realizadas durante una visita a la ciudad de Ocaña, Petro sugirió que una fuerza externa podría estar implicada, aunque se abstuvo de especificar su procedencia.
Petro, en un consejo de ministros celebrado en Ocaña, manifestó que los actores de violencia del Catatumbo han experimentado transformaciones significativas a lo largo del tiempo. Originalmente, algunas de estas facciones llegaron con la intención de defender a la población y promover una revolución que mejorara la vida de los campesinos, pero, según Petro, han derivado en lo contrario. «Porque qué es lo que vemos en estos días: una fuerza extranjera ocupando el territorio», expresó el mandatario.
La región del Catatumbo, situada en el departamento de Norte de Santander, se ha convertido en uno de los principales destinos de los más de 48.000 desplazados a causa de la violencia guerrillera. Petro subrayó la importancia de entender este fenómeno como un «problema de soberanía nacional», más allá de ser un simple conflicto interno.
Petro añadió que el ELN ha adoptado formas paramilitares para controlar la frontera con Venezuela, con el fin de asegurar cultivos de coca y beneficiarse de la dinámica de tensiones entre Estados Unidos y el régimen de Nicolás Maduro. A la par, indicó que el narcotráfico es un motor crucial de la violencia en el Catatumbo, y propuso a sus habitantes dejar de cultivar la hoja de coca para facilitar la paz y el progreso. «Lo que atrae a los violentos es el cultivo de la hoja de coca», afirmó Petro.
En respuesta a la creciente ola de violencia, Petro declaró conmoción interior, medida que se extenderá durante 90 días y abarcará 16 municipios del Norte de Santander, incluidos los 11 municipios del Catatumbo, así como la capital departamental, Cúcuta, y dos municipios del departamento del Cesar que están recibiendo desplazados.
Desde el 16 de enero, los enfrentamientos en el Catatumbo entre el ELN y el Frente 33 de las disidencias de las FARC han resultado en la muerte de entre 60 y 80 personas, según datos recopilados por la Defensoría del Pueblo y la Gobernación de Norte de Santander. La situación continúa siendo una preocupación significativa para el gobierno colombiano, que busca formas efectivas de abordar y mitigar los efectos perniciosos de este conflicto en la región.
EFE