El primer ministro de Polonia, Donald Tusk, ha anunciado que su país se retirará de la Convención de Ottawa, la cual prohíbe el uso de minas antipersona. Además, el gobierno estudia abandonar la Convención de Dublín, que restringe las bombas de racimo. La medida responde a la necesidad de fortalecer las capacidades defensivas de la nación en el contexto de las tensiones en Europa del Este.
Como parte de este esfuerzo, el gobierno polaco ha revelado un plan para ofrecer entrenamiento militar a todos los hombres adultos del país. La meta es ampliar el número de efectivos y reservistas de las Fuerzas Armadas, que actualmente cuentan con 290.000 integrantes, hasta alcanzar los 500.000. Se espera que el modelo de formación esté listo para implementarse a finales de este año.
Tusk justificó la decisión argumentando que es esencial utilizar todas las herramientas disponibles para fortalecer la seguridad nacional, especialmente considerando la magnitud del conflicto en Ucrania. Asimismo, aseguró que el gobierno no temerá críticas y adoptará cualquier medida necesaria para mejorar la defensa del país.
Estas acciones reflejan la creciente preocupación de Polonia por garantizar su seguridad y prepararse ante posibles amenazas en la región.
Fuente EFE