El prisionero político cubano Ángel Cuza ha iniciado una huelga de hambre después de ser trasladado sin previo aviso desde el Combinado del Este, en La Habana, a la prisión de máxima seguridad de Guanajay, ubicada en Artemisa. En una carta dirigida a la activista exiliada Keilylli de la Mora, Cuza manifestó su firme decisión: “Hermana, me voy a plantar hasta que me suelten o me suelten, ya estoy decidido”.
El traslado de Cuza ha suscitado críticas por parte de organizaciones opositoras que califican la medida como arbitraria, señalando que lo aleja aún más de su familia y lo coloca en condiciones de mayor vulnerabilidad. Según denuncias recogidas en un audio por la periodista Yaima Pardo, Cuza enfrenta ahora un posible aislamiento en celda.
Este caso se añade a una serie de recientes traslados de presos políticos desde el Combinado del Este hacia otras cárceles del país, como Aguica, en Matanzas. Entre los afectados se encuentra Walnier Aguilar, condenado por su participación en las protestas del 11 de julio. Reportes indican que varios de estos reclusos están considerados como potenciales huelguistas, una situación que ha generado preocupación entre activistas y familiares.
El traslado de presos políticos a centros penitenciarios alejados de sus ciudades de residencia ha sido denunciado como una práctica habitual de castigo adicional, aunque hasta el momento las autoridades no han aclarado si se trata de una medida temporal o definitiva.
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