El opositor cubano Nadir Martín Perdomo, condenado tras las protestas del 11 de julio de 2021, envió una carta desde el campamento de trabajo forzado de Quivicán, en Mayabeque, en la que expresa su esperanza en la pronta libertad de Cuba y manifiesta su apoyo a otros presos políticos, entre ellos Yosvany Rosell García Caso. Su esposa, Greisy Oliva, difundió el mensaje en redes sociales, denunciando la prolongada separación familiar y recordando la permanencia de cientos de personas que considera inocentes en prisión.
Los hermanos Jorge y Nadir Martín Perdomo fueron sentenciados a ocho y seis años de cárcel, respectivamente, por manifestarse pacíficamente en julio de 2021. En marzo, el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de la ONU concluyó que su encarcelamiento es arbitrario y pidió al Gobierno de Cuba adoptar medidas inmediatas para remediar la situación, en conformidad con las normas internacionales de derechos humanos.
En la carta, Nadir Martín lamenta la separación de su familia, que ya alcanza cuatro años y medio sin poder compartir con él ni con su hermano, el también preso político Jorge Martín Perdomo, en fechas que considera importantes. “Hoy, como hace 4 años, solo veo rejas y no los veo a ustedes, mi familia. Me paro casi todas las noches en la puerta para mirar al cielo, siempre le pido a Dios que me los proteja y les de mucha fuerza. Me llenan de nostalgia esos momentos lindos que parecieron muy comunes y hoy apreciaría tanto volver a tenerlos”, señala en un aparte del texto.
El opositor alude además a una comparación bíblica al describir cómo vive su encarcelamiento: “Son estos momentos cuando entiendo un poco lo que pudo sentir el José de Egipto, cuando el mundo se le vino abajo y el cielo se cerró para él, también de color gris. Pero como él también puedo entender que detrás de todo solo puede existir un propósito (…) Aunque a día de hoy no logro entender por qué hemos sufrido tanto, solo nos queda esperar para ver cumplida su voluntad”.
Nadir Martín también se refiere a su hermano Jorge, recluido en otro campamento de trabajo forzado, y subraya que ambos mantienen su postura de oposición: afirma que lo extraña, “pero a pesar de la distancia sé que también es fuerte y como yo, se mantiene firme y con orgullo de pertenecer a una causa justa, una causa digna y a sabiendas que la libertad de este país viene pronto. Sería nuestra mayor recompensa”.
En el tramo final de la carta, el preso político expresa su convicción de que la situación actual cambiará y reivindica el valor de los lazos familiares frente a las dificultades: “La historia ha demostrado que el mal nunca gana. Mientras tanto, nos tenemos los unos a los otros y nadie puede contra eso, nada le puede ganar al amor, a la familia y la justicia. Nos ha tocado sufrir las torturas, los malos tratos, la distancia, la persecución y hasta ver como el miedo ha causado mella incluso en amigos y familia. Pero sé que esto va a terminar y las sonrisas volverán a ser protagonistas”.
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