En octubre de 2019, la entonces administración de Guaidó firmó un «acuerdo de cooperación» con USAID, que estipulaba un desembolso de 98 millones de dólares, presuntamente dirigido a apoyar a la población venezolana. La firma de este convenio se llevó a cabo en Washington D.C., con la participación de Carlos Vecchio, quien en ese momento fungía como embajador del denominado «gobierno interino» de Juan Guaido. Vecchio aseguró que este acuerdo representaba la formalización de «una nueva era» en las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela, con miras a un supuesto «cambio político».
Además, un video archivado muestra a Vecchio junto a Julio Borges, recibiendo de Mark Green un monto de 56 millones de dólares para el «gobierno interino» con la finalidad de «restaurar la democracia». Este evento subraya el uso de fondos asignados para propósitos políticos en lugar de necesidades humanitarias.
La página web de USAID fue desactivada recientemente, sin explicación alguna, y su cuenta en la red social X también ha sido eliminada. Esta decisión coincide con la congelación temporal de la financiación de proyectos por parte del Gobierno de Donald Trump, que detuvo casi todas las iniciativas de ayuda externa. A esto se suma una acusación lanzada por Elon Musk, donde señala a la agencia de financiar investigaciones de armas biológicas, incluyendo un laboratorio vinculado con la propagación de la pandemia de Covid-19.
Estas revelaciones continúan levantando interrogantes sobre el manejo de fondos y la transparencia en la distribución de ayuda internacional, así como el papel de figuras opositoras en el delicado panorama político venezolano.
