Rodrigo Paz Pereira ha sido investido oficialmente como presidente de Bolivia, tras su victoria en la segunda vuelta electoral, obteniendo entre 54.5 % y 54.96 % de los votos frente a su principal rival. El acto de investidura se llevó a cabo en el Palacio Quemado de La Paz, con la asistencia de más de 50 delegaciones internacionales y varios jefes de Estado.
La llegada de Paz a la presidencia representa un cambio histórico en Bolivia, poniendo fin a casi 20 años de gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS). Su administración centrista/moderada anticipa un giro hacia políticas económicas y sociales diferentes a las aplicadas por sus predecesores.
Durante la ceremonia, Paz enfatizó la importancia de la unidad nacional, la estabilidad económica y la apertura al diálogo internacional, comprometiéndose a trabajar con todos los sectores políticos para consolidar un gobierno inclusivo.
A pesar de su victoria electoral, el presidente entrante enfrentará desafíos significativos, incluyendo la falta de mayoría legislativa clara, una economía marcada por inflación elevada y reservas internacionales limitadas, así como la necesidad de restablecer relaciones diplomáticas con socios internacionales tras años de distanciamiento.
Analistas destacan que los primeros 100 días de gobierno serán determinantes para definir la dirección política y económica del país, así como la capacidad de Paz para construir alianzas dentro y fuera del Congreso.
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