Exiliados venezolanos en España y estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) han solicitado la expulsión del profesor titular Juan Carlos Monedero, fundador del partido político Podemos, tras su participación en una conferencia sobre derechos humanos en El Helicoide, Caracas. Este lugar es conocido como la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y ha sido señalado como un centro de torturas en Venezuela.
La petición fue iniciada por la Plataforma SOS Venezuela y la Coalición por Venezuela, la mayor red de ONG de refugiados venezolanos a nivel mundial. También cuenta con el respaldo de las asociaciones estudiantiles Libertad Sin Ira y Adelante UNI. Según informó The Objective, decenas de estudiantes han firmado el documento que circula en diversos chats universitarios.
Durante la conferencia, Monedero habló ante al menos 160 miembros de la Policía Nacional Bolivariana y otros cuerpos policiales estatales y municipales, defendiendo la tesis de que «los derechos humanos no se basan en la aplicación de la fuerza, sino en la aplicación del consenso».
Los firmantes de la solicitud subrayaron que El Helicoide es un centro donde se han documentado torturas y tratos crueles, inhumanos y degradantes, según informes de organismos internacionales. Este lugar alberga a más de 1.600 detenidos, incluidos 118 niños, personas con discapacidades y adultos.
En su solicitud, los exiliados y estudiantes acusan a Monedero de intentar «legitimar actos atroces contra la humanidad» bajo un disfraz de promoción de derechos humanos. Rechazan su supuesta apología del delito y alegan que su actuación podría ser interpretada como una validación de un gobierno investigado por violaciones a los derechos humanos.
Por esta razón, exigen a la Universidad Complutense que tome «acciones inmediatas pertinentes» ante el vínculo de Monedero con un Estado que está siendo investigado por la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad.
Los firmantes también expresaron su rechazo a la «doble moral en un recinto académico» como la UCM y alertaron sobre la violación al Código de Conducta Complutense, preocupados por el «sesgo ideológico» que pudiera influir en la formación impartida en sus aulas. Concluyeron el texto enfatizando que «la libertad ideológica no puede arropar crímenes de lesa humanidad».