La situación en Los Ángeles ha escalado de manera significativa tras una serie de redadas que dieron lugar a protestas, disturbios y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. La situación ha llegado a tal punto que el presidente Donald Trump ha considerado la posibilidad de arrestar al gobernador de California, Gavin Newsom, basándose en la invocación de la Ley de Insurrección de principios del siglo XIX, lo que podría llevar a la movilización de marines en territorio nacional.
El conflicto, que inició con redadas en zonas latinas de Los Ángeles, generó protestas que rápidamente se tornaron violentas. Los enfrentamientos involucraron a la policía, que utilizó gases lacrimógenos y equipamiento táctico, mientras que algunos grupos aprovecharon para saquear tiendas. La respuesta de la administración fue la movilización de la Guardia Nacional, una medida no vista desde 1965 cuando se desplegó para proteger a manifestantes por los derechos civiles en Alabama.
Durante el fin de semana, el intercambio de acusaciones entre el Ejecutivo y Newsom fue constante. El presidente Trump ha acusado al gobernador de incompetencia, mientras que Newsom señala a Trump como responsable de agravar la situación. La Casa Blanca, en un movimiento inusual, federalizó a 2,000 efectivos de la Guardia Nacional y movilizó a más de 500 marines estacionados en California.
El presidente Trump ha elevado el tono del conflicto al referirse a los manifestantes como «agitadores profesionales» e «insurrectos». Este lenguaje podría servir de base para la aplicación de la Ley de Insurrección de 1807, similar a lo que hizo George Bush Sr. en 1992 tras los disturbios por la paliza a Rodney King. Trump ha reforzado su posición con mensajes en sus redes sociales, describiendo a Los Ángeles como «invadida y ocupada por inmigrantes indocumentados y criminales».
A pesar de las tensiones, el zar migratorio de Trump, Tom Homan, ha declarado que no existen planes concretos para arrestar a autoridades locales, aunque el presidente continúa sugiriendo acciones más severas. Los eventos en California han captado la atención nacional y han polarizado aún más el debate político en torno a la inmigración y la seguridad pública en Estados Unidos.
EFE