En un ambiente cargado de expectativas y tensiones políticas, Venezuela se encuentra al borde de un nuevo capítulo en su historia. Nicolás Maduro está listo para asumir su tercer mandato de seis años este viernes, tras los comicios celebrados en julio, que la oposición ha denunciado como fraudulentos. Esta situación ha generado un clima de incertidumbre, mientras que los opositores se preparan para desafiar la legitimidad del proceso.
Eva Paredes, coordinadora de ConVenezuela en Francia y del partido Vente Venezuela, ha manifestado su preocupación en una entrevista con RFI. Según Paredes, si Nicolás Maduro prosigue con su investidura, estaría cometiendo un «golpe de Estado a la soberanía nacional», instaurando, lo que califica, un gobierno de facto e ilegítimo.
La opositora afirma que no todas las fuerzas militares respaldan al presidente Maduro. Destaca que, durante las elecciones de julio, estas permitieron a la oposición acceder a las actas electorales, un gesto que Paredes interpreta como una señal del apoyo militar al pueblo. «El 28 de julio las Fuerzas Armadas se colocaron del lado del pueblo», declaró, destacando que el acceso a dichas actas fue posible gracias a esta alineación con la ciudadanía.
La situación actual en Venezuela ha sido descrita por Paredes como «horas decisivas», con la posibilidad de que «cualquier cosa pueda suceder». En vísperas de la investidura de Maduro, la oposición ha convocado a protestas masivas. Según ella, si Maduro asume el poder como un gobierno de facto, «el país tendría los elementos –jurídicos y políticos- para hacer valer la libertad de Venezuela».
Esta declaración coincide con las acciones del opositor Edmundo González Urrutia, quien afirma haber ganado las elecciones. Recientemente, se asiló en España tras recibir una orden de captura, y ha expresado su intención de regresar a Venezuela para asumir el poder. Actualmente, lleva a cabo una gira internacional, durante la cual ha entregado en Panamá actas de votación como prueba de su victoria, aunque el gobierno de Maduro las considera forjadas.
Las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio, en las que Maduro fue declarado vencedor, han desatado una serie de acusaciones de fraude por parte de la oposición, que insiste en el triunfo de González Urrutia. Esta disputa prolongada ha llevado a una división profunda en el país, con el respaldo internacional de diversos países que observan con atención el desenlace de esta crisis.
A medida que se acerca el día de la investidura, el futuro de Venezuela pende de un hilo, en un momento que podría ser decisivo no solo para el país sino para el equilibrio político de la región. La oposición y sus líderes, dentro y fuera del territorio venezolano, continúan abogando por un cambio que consideran crucial en este «momento histórico».