Un terremoto de magnitud 8,8 sacudió la península de Kamchatka, en Rusia, marcando el octavo de mayor magnitud registrado a nivel mundial. Con una profundidad de 20,7 kilómetros, el evento fue superado este siglo únicamente por el ocurrido en Tohoku, Japón, en 2011, con una magnitud de 9,1, según confirma el Instituto de Geociencias (IGEO).
El IGEO, en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Complutense de Madrid, ha proporcionado detalles sobre este suceso a través de sus canales oficiales. Destaca la generación de un tsunami asociado que ya ha impactado en varios países y continúa su desplazamiento por el Océano Pacífico. En una de sus publicaciones en la red social X, el IGEO explicó que el mecanismo de falla inversa del sismo hacía esperable la formación de un tsunami, característica de eventos en la zona de subducción pacífica contra la placa norteamericana.
El Instituto Geográfico Nacional (IGN) de España también está monitoreando el evento, documentando tanto el terremoto principal como las réplicas, que ya han sido registradas en su «visualizador» de terremotos.
El sismólogo John Townend, catedrático de Geofísica en la Universidad de Victoria en Wellington, ha destacado que este evento es el más significativo desde el terremoto de Tohoku en 2011. Según sus declaraciones, el sismo ocurrió en la zona de subducción bajo Kamchatka, donde la placa del Pacífico se desplaza unos 75 milímetros anualmente. Esto podría haber provocado un deslizamiento de más de 10 metros en un área de aproximadamente 150 por 400 kilómetros. Sin embargo, Townend insiste en que se requerirán más análisis para confirmar estos datos.
El evento reciente fue precedido por un sismo de magnitud 7,4 el 20 de julio, ahora identificado como una «réplica anticipada». La liberación de energía del terremoto actual es notable: aproximadamente 30 veces más que el terremoto de Kaikoura en Nueva Zelanda en 2016, y aproximadamente tres veces menos que el evento de Tohoku.
Desde el Servicio Geológico de Estados Unidos, se ha aclarado que la zona afectada posee una población relativamente pequeña, minimizando potenciales daños severos. Sin embargo, las costas del noroeste del Pacífico de Estados Unidos y Alaska están bajo aviso de tsunami, con olas previstas de hasta 1,5 metros en puntos específicos.
Caroline Orchiston, directora del Centro para la Sostenibilidad de la Universidad de Otago, ha subrayado que ya se han registrado 10 réplicas por encima de magnitud 5, siendo la más intensa de 6,9. Estas secuencias sísmicas, propias de un evento de tal magnitud, tienen el potencial de causar daños adicionales, y la población local deberá enfrentar las consecuencias de esta actividad sísmica prolongada en el tiempo.
EFE