El mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, ha emitido una orden ejecutiva que clasifica a los carteles mexicanos y a ciertas organizaciones criminales extranjeras, incluyendo al Tren de Aragua, como organizaciones terroristas. Este movimiento posiciona a estas entidades junto a grupos como el Estado Islámico y Al-Qaeda, prohibiendo a ciudadanos y empresas estadounidenses proporcionarles cualquier tipo de «apoyo material«.
En el Despacho Oval, Trump mencionó que «México probablemente no quiere esto«, y al ser interrogado sobre la posibilidad de acciones militares contra los carteles en territorio mexicano, respondió: «Podría pasar, han pasado cosas más extrañas«. Según el texto de la orden ejecutiva, la actividad de estos carteles representa una amenaza directa a la seguridad de Estados Unidos y al orden internacional en el hemisferio occidental. Además, el decreto enfatiza que grupos transnacionales como el Tren de Aragua y La Mara Salvatrucha (MS-13) suponen un peligro similar para la nación estadounidense.
En relación específica con el Tren de Aragua, la administración de Trump ha señalado su intención de deportar a aquellos considerados miembros de esta banda. Este grupo, que surgió en una prisión venezolana y ha extendido su influencia a varios países de Suramérica, ya había sido sancionado en julio por el Departamento del Tesoro durante la administración de Joe Biden.
La MS-13, conocida por sus raíces y presencia en El Salvador, Honduras y Guatemala, también enfrenta sanciones del Tesoro estadounidense desde 2012, bajo el mandato de Barack Obama. Alexander Drickersen, exagente del FBI y experto en crimen transnacional, explicó a EFE que la designación de estos grupos como organizaciones terroristas conlleva severas penas para quienes les den apoyo, consciente o inconscientemente, con penas de hasta 20 años de cárcel o incluso cadena perpetua, y multas que pueden alcanzar los 250 mil dólares.
El crimen organizado ha diversificado sus operaciones en México, extendiéndose al tráfico de personas, considerado una de las actividades más lucrativas. Asimismo, la extorsión a negocios es una práctica generalizada, con un estudio de la Cámara de Comercio estadounidense revelando que el 45% de los negocios con lazos en EE. UU. han sido objeto de extorsión.
Este decreto presidencial marca un enfoque más estricto por parte de Estados Unidos hacia el crimen organizado internacional, con implicaciones significativas para la política de seguridad y relaciones internacionales en la región.
EFE