El gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, ha anunciado la imposición de un arancel del 50% sobre las exportaciones de aluminio y acero provenientes de México y Canadá, según confirmó un representante de la Casa Blanca a la agencia de noticias Efe. Esta medida, que entrará en vigor el 12 de marzo, representa una tarifa significativamente más alta en comparación con otros países que solo estarán sujetos a un arancel del 25%.
La decisión de elevar los aranceles a un 50% responde a la acumulación de dos tasas del 25% cada una. El primer arancel fue anunciado por Trump en una declaración reciente, mientras que el segundo, que entrará en vigor el 4 de marzo, fue previamente comunicado como parte de las políticas comerciales del mandatario.
En el contexto de esta política, Trump ha señalado que el propósito de estas medidas es revitalizar la industria manufacturera estadounidense, afectada por los tratados de libre comercio que han permitido la entrada de materiales más económicos al país. Además, el presidente de Estados Unidos ha utilizado los aranceles como herramienta de negociación, buscando concesiones en áreas como comercio, migración y seguridad.
La imposición de estos aranceles ha generado preocupación sobre un posible aumento en los precios de productos, especialmente en el sector automovilístico, debido a la interdependencia de las industrias en América del Norte. Componentes automotrices cruzan repetidamente las fronteras entre México, Canadá y EE. UU. antes de su ensamblaje final, lo que podría ver incrementados sus costos.
Canadá y México son actores clave en el suministro de acero y aluminio a Estados Unidos. De acuerdo con el Instituto Americano del Hierro y el Acero, Canadá representa la mayor fuente de acero importado, seguida por México. Asimismo, casi dos tercios del aluminio que abastece a EE. UU. provienen de Canadá, según la Asociación del Aluminio.
La decisión de imponer aranceles no se limita a México y Canadá. La semana anterior, Trump implementó un arancel adicional del 10% a productos de China, lo que provocó que Pekín respondiera con tarifas en represalia. El mandatario ha anunciado además su intención de establecer “aranceles recíprocos” para igualar los impuestos que otros países imponen sobre las exportaciones estadounidenses, siendo la Unión Europea uno de los objetivos frecuentes de sus críticas.
Esta estrategia de aumento de aranceles y su uso como instrumento de presión y negociación podrían tener consecuencias de largo alcance en las relaciones comerciales internacionales de Estados Unidos, afectando no solo los precios y la competitividad de los productos en el mercado, sino también la cooperación diplomática con socios comerciales clave.
EFE