El presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, ha confirmado su intención de utilizar a las Fuerzas Armadas para llevar a cabo deportaciones masivas de migrantes indocumentados. Esta estrategia implica la invocación de una «emergencia nacional», lo que le otorga poderes extraordinarios para implementar su plan sin la necesidad de obtener la aprobación del Congreso.
El anuncio, realizado a través de la red social Truth Social, donde Trump expresó su acuerdo con el activista conservador Tom Fitton, ha generado un amplio debate. El plan propone no solo movilizar a las fuerzas armadas, sino también a la Guardia Nacional y a otros cuerpos de seguridad para hacer frente a la inmigración ilegal. Se estima que estas acciones podrían afectar a 20 millones de familias, en su mayoría con miembros ciudadanos estadounidenses.
Esta medida se enmarca dentro de la promesa de campaña de Trump de reforzar la seguridad fronteriza y ha sido descrita por su asesor de política migratoria, Stephen Miller, como parte de una estrategia para ampliar significativamente las deportaciones en su próximo mandato. No obstante, organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes, como America’s Voice, han advertido sobre el impacto devastador que estas medidas podrían tener, no solo en términos humanitarios, sino también económicos, considerando que muchos sectores dependen de la mano de obra de los migrantes indocumentados.
La implementación de este plan enfrenta varios desafíos, especialmente legales, ya que el uso de las fuerzas armadas para actividades de control migratorio podría violar leyes establecidas que prohíben su uso en tareas de vigilancia interna. Además, se requeriría una expansión significativa de los centros de detención, lo cual podría incrementar considerablemente los costos.
Mientras tanto, la comunidad internacional observa con atención la evolución de estas políticas, particularmente por la manera en que podrían repercutir en las relaciones bilaterales con países vecinos y en la estabilidad interna de los Estados Unidos.
En conclusión, la propuesta de Trump de emplear medidas drásticas para el control migratorio ha revivido un debate político y social de gran envergadura, con implicaciones que podrían extenderse mucho más allá de las fronteras estadounidenses.
-.Infobae
