Cientos de extranjeros, incluidos ciudadanos cubanos, se han alistado en las últimas semanas en el ejército ruso, según un informe del Servicio de Inteligencia Exterior de Ucrania. La institución reportó que solo en el mes de diciembre fueron identificados 150 nuevos reclutamientos de personas provenientes de 25 países.
De acuerdo con Oleg Ivashchenko, director del Servicio de Inteligencia Exterior de Ucrania, los principales países emisores de mercenarios son Bielorrusia, Tayikistán, Uzbekistán, Cuba, Kenia y China. Añadió que, además de los ya incorporados, otras 200 personas se estarían preparando para unirse a las Fuerzas Armadas rusas.
Ivashchenko afirmó que “Moscú juega deliberadamente con la inestabilidad económica de los países pobres y las limitadas rutas legales migratorias, convirtiendo estos factores en un medio de control y presión”. Según el jefe de la inteligencia ucraniana, estos reclutamientos también se emplean para reforzar la narrativa de que el “mundo no occidental” respalda a Rusia.
Hasta agosto pasado, alrededor de 7 000 mercenarios cubanos integraban las filas del ejército ruso en su invasión contra Ucrania, de acuerdo con el medio Washington Times, que citó estimaciones recogidas durante los años de guerra. Según ese informe, los cubanos encabezan la lista de mercenarios en el ejército ruso, junto a los norcoreanos.
Ruslan Spirin, representante especial de Ucrania para América Latina, declaró a ese diario que, mientras en la época de Chernóbil el régimen de La Habana brindó atención médica a miles de niños ucranianos, ahora “participan en el asesinato de esos mismos niños o de sus familias, una traición trágica y simbólica a nuestra solidaridad, que una vez compartimos”.
El experto señaló que Rusia recluta a los cubanos mediante engaños relacionados con ofertas de trabajo y promesas sobre su estatus legal en el país euroasiático. Sin embargo, indicó que, una vez que llegan, son enviados a la guerra. Datos manejados por Ucrania apuntan a que entre 200 y 300 mercenarios cubanos han muerto.
Según Spirin, el régimen cubano insiste en no estar implicado en este fenómeno. No obstante, afirmó que los hechos demuestran que la red de reclutamiento sigue operando y que continúan llegando cubanos al frente ruso.
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