El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha enviado 1.2 millones de dosis de la vacuna contra la poliomielitis (tipo 2) para inmunizar a más de 640,000 niños en Gaza, en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) y otros aliados. Este esfuerzo surge tras la confirmación del primer caso de poliomielitis en la región en 25 años, un bebé de diez meses.
UNICEF y UNRWA están listas para administrar las vacunas, pero han solicitado una pausa humanitaria. Las agencias de la ONU planean llevar a cabo dos rondas de vacunación a partir de finales de este mes, mientras hacen un llamado a detener las hostilidades durante siete días para facilitar estas acciones.
Sin embargo, las operaciones humanitarias en Gaza enfrentan desafíos graves. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha informado que la intensificación del conflicto ha obstaculizado la distribución de alimentos, lo que ha llevado a una reducción en la cantidad de suministros alimentarios. Las infraestructuras dañadas, incluidos caminos intransitables y pocos pasos fronterizos abiertos, complican aún más la situación, lo que pone en riesgo la alimentación de la población.
Comunicados recientes de la UNRWA indican que solo tres de los 18 pozos de agua están operativos en Deir al-Balah, generando una escasez del 85% de agua. Estas condiciones extremas, junto con el colapso de los servicios básicos, han aumentado el riesgo de brotes de enfermedades y han dejado a muchos palestinos desplazados viviendo en condiciones precarias.
La OMS ha respondido a la crisis sanitaria proporcionando suministros médicos críticos a hospitales, pero la situación sigue siendo alarmante. Las organizaciones de ayuda enfatizan la urgencia de reparar las carreteras y mejorar el acceso a servicios esenciales para garantizar la supervivencia de las comunidades en Gaza.