Las exportaciones de crudo desde Venezuela hacia Estados Unidos experimentaron un notable incremento en el mes de octubre, según datos recientes de la Administración de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés). Tras una disminución en agosto y septiembre, donde se registraron cifras de 263.000 y 210.000 barriles por día (bpd) respectivamente, los envíos aumentaron a 295.000 bpd en octubre, consolidando a Venezuela como el tercer mayor proveedor de crudo para Estados Unidos.
Este repunte coloca la cifra de octubre como la segunda más alta del año, solo superada por las exportaciones de julio, que alcanzaron los 311.000 bpd. El aumento se produce en un contexto incierto debido a las licencias petroleras de empresas como Chevron y la expectativa de la política energética con la posible llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.
El informe de la EIA también destaca que en octubre, Estados Unidos importó un total de 7.854.000 bpd de crudo y productos refinados, de los cuales el 3,75% correspondió a Venezuela. Además, en una comparación interanual, las exportaciones venezolanas de crudo aumentaron un 77% respecto a octubre de 2023, cuando las cifras eran de 166.000 bpd.
Desde la perspectiva de ranking de exportaciones hacia Estados Unidos, Venezuela ha retomado el tercer lugar, siguiendo a Canadá, con 4.578.000 bpd, y México, con 563.000 bpd. Este logro es significativo, ya que en ocasiones anteriores, Venezuela había alcanzado posiciones destacadas omitiendo los datos de productos derivados del petróleo de otros países. En esta oportunidad, el país sudamericano ha logrado su posición tomando en cuenta tanto el petróleo crudo como los productos derivados.
Arabia Saudita, que tradicionalmente ocupa el tercer puesto, descendió al séptimo lugar tras uno de sus peores meses de ventas a EE. UU., exportando solo 221.000 bpd en octubre. Otros competidores como Colombia y Brasil exportaron 259.000 bpd y 257.000 bpd respectivamente.
La situación actual de las exportaciones venezolanas abre un nuevo capítulo en las relaciones comerciales con Estados Unidos, marcado por un repunte productivo que podría influir en decisiones políticas y estratégicas en el sector energético internacional.
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