Jesús Rafael Álvarez, detenido en el Internado Judicial de Tocuyito como preso político tras los eventos poselectorales en Venezuela, fue sepultado el domingo por la mañana en el municipio Anaco, estado Anzoátegui. El sepelio se realizó bajo la supervisión de funcionarios del Estado y contó con la presencia de su hijo, Jesús Alejandro Álvarez.
A pesar de la ceremonia, la ausencia de dos de sus hijas, menores de 7 y 17 años, marcó el evento, al no poder despedirse de su padre. Además, Anny Noemí Suárez de Álvarez, esposa del fallecido, tampoco asistió, ya que permanece detenida desde el 2 de agosto en el Destacamento 625 de la Guardia Nacional Bolivariana en Puerto Ordaz.
El Comité por la Libertad de los Presos Políticos condenó la situación, calificándola como un crimen que no debe quedar impune, y exigió justicia para la familia. Asimismo, reiteraron su llamado a la liberación inmediata de Suárez de Álvarez, subrayando la difícil situación que enfrentan sus allegados tras esta tragedia.
Organizaciones de derechos humanos han denunciado de manera constante las condiciones en las que se encuentran los presos políticos en Venezuela, enfatizando la falta de atención médica adecuada y los abusos sistemáticos en los centros de detención.
Jesús Alejandro, de 22 años, expresó su indignación por las irregularidades tras la muerte de su padre, afirmando: «A mí no me avisaron nada. Me entero de que mi papá falleció ayer por las redes. ¿Cómo a uno se le va a morir el familiar que está preso inocentemente y a uno no lo llaman? Exijo que me entreguen el cuerpo de mi padre y la liberación de mi mamá, que está en Puerto Ordaz».
En un video difundido en las redes sociales, Jesús Alejandro relató las dificultades económicas y emocionales que ha enfrentado en los últimos meses mientras exigía la libertad de su padre y de su madre, detenida desde agosto. El Comité por la Libertad de los Presos Políticos informó que a Jesús Rafael Álvarez le fue negada la atención médica adecuada. Según reportes, fue trasladado a la enfermería del penal solo después de que sus compañeros protestaran por su grave estado de salud.
El caso de Jesús Rafael Álvarez resalta las crecientes preocupaciones sobre el trato a los presos políticos en el país, un tema que sigue captando la atención internacional y generando llamados urgentes a las autoridades para mejorar las condiciones y garantizar el respeto a los derechos humanos básicos en las instalaciones penitenciarias.