Diosdado Cabello, ministro de Interior y Justicia del estado venezolano, expresó su descontento este miércoles ante las declaraciones del ministro de Justicia y Derechos Humanos de Chile, Jaime Gajardo. En un contexto de relaciones diplomáticas tensas, Gajardo manifestó la disposición de Chile para retomar las relaciones con Venezuela, las cuales fueron suspendidas en agosto de 2024 por decisión de Caracas.
Durante su programa semanal, Cabello comentó: «Pobre gente, vale, pobre gente, no puede ser que hace tres semanas, cuatro semanas estaban hablando pendejadas de nosotros y ahora, en este momento… ¿Qué ha pasado en estas cuatro semanas que lo ha hecho cambiar de opinión? ¿Qué habrá pasado? ¿Ah? ¿O qué no ha pasado? Muy jalabolas son.»
A pesar de las tensiones actuales, Jaime Gajardo aseguró, en una entrevista con la agencia Efe, que Chile sigue dispuesto a restablecer relaciones diplomáticas con Venezuela cuando sea posible. Subrayó que la diplomacia es, en su opinión, la forma más adecuada para que los países interactúen. Sin embargo, reconoció que algunos regímenes prefieren evitar este camino, como es el caso de Venezuela actualmente. «Chile siempre estará dispuesto a restablecer relaciones diplomáticas, ya que consideramos que esa es la vía correcta para mantener vínculos entre naciones», afirmó Gajardo.
Otro tema abordado por Gajardo durante su visita fue la situación migratoria en Chile. El ministro enfatizó que el país está «saturado» para recibir más migrantes, especialmente aquellos procedentes de Venezuela. A pesar de esta saturación, destacó que Chile mantiene contacto con Estados Unidos para asegurar una relación de cooperación continua.
Gajardo subrayó que Chile busca una inmigración ordenada y regular, acorde con las capacidades nacionales. En este sentido, solo se consideran extranjeros que desempeñen funciones profesionales dentro del territorio chileno, garantizando así una integración efectiva y beneficiosa para ambas partes.
Este panorama refleja las complejas dinámicas de las relaciones diplomáticas y migratorias en la región, en un momento en que muchos países intentan balancear sus políticas internas con las necesidades internacionales.
