La presidenta de la Cámara de Aseguradores de Venezuela, María del Carmen Bouffard, anunció en una reciente declaración que apenas el 6 % de la población venezolana cuenta con alguna forma de póliza de salud formal. Esta cifra pone de relieve la situación actual del sector asegurador en un país donde las pólizas de salud se han convertido en un bien escaso y preciado.
Bouffard explicó que las aseguradoras han tenido que adaptarse a las circunstancias del mercado, ofreciendo alternativas y facilidades de pago para facilitar el acceso a sus servicios. Esta estrategia ha permitido una recuperación moderada en la contratación de seguros en los últimos años.
Una de las opciones más destacadas es la creación de pólizas dedicadas exclusivamente a emergencias, que permiten a los usuarios recibir atención inmediata en situaciones urgentes, aunque no cubren procedimientos complejos o cirugías planificadas. Además, se ha reforzado la oferta de otros servicios como seguros funerarios, cobertura de vehículos y viviendas.
En cuanto a la relación con las clínicas, la presidenta indicó que los precios que estas entidades cobran a los seguros son generalmente superiores a los que un paciente pagaría de contado. Por ejemplo, la atención para un síndrome febril puede costar a un particular entre 150 y 200 dólares, mientras que al seguro se le cobra entre 350 y 400 dólares. No obstante, Bouffard aseguró que la diferencia no es tan marcada y que los procesos de espera y aprobación de las coberturas se han simplificado, destacando el uso de call centers disponibles las 24 horas del día.
El sector asegurador venezolano ha diversificado su oferta, integrando distintos tipos de pólizas. Entre ellas, se destaca la de hospitalización, cirugía y maternidad (HCM), con una duración anual ajustada a las políticas de cada aseguradora. También existen pólizas para accidentes personales, que cubren gastos médicos y de incapacidad, además de los comunes seguros de vida, que ofrecen un respaldo financiero a los beneficiarios designados.
Otras pólizas incluyen seguros de vehículos, hogar, propiedad industrial y comercial, ingeniería, carga, viaje y los mencionados seguros funerarios. Estos productos buscan proteger a los asegurados de una variedad de riesgos, desde desastres naturales hasta accidentes imprevistos durante un viaje.
A pesar de los desafíos, la industria aseguradora venezolana sigue enfocada en mejorar y adaptarse a las necesidades de los ciudadanos. Según Bouffard, en 2024, las aseguradoras desembolsaron 500 millones de dólares en el pago de siniestros, con una inversión de 400 millones de dólares específicamente en el área de salud.
La evolución del sector asegurador en Venezuela será crucial para aumentar la cobertura de salud y otros servicios, mejorando la capacidad de respuesta ante las diversas eventualidades que enfrentan los ciudadanos en el contexto económico actual.
Espiga Noticias